20.10.14

Oriol Junqueras 1 - Españolistas 0. En Sálvados España perdió el partido

Ante cuatro millones de espectadores de Sálvados, ayer Oriol Junqueras hizo un excelente programa apoyado por Jordi Ébola y una familia sevillana que simbolizaba mal la España que nada entiende.

A Oriol le salió el programa redondo con su disfraz de buena gente, de tontorrón a veces, de quien demuestra que se puede dialogar sin dialogar, negociar sin negociar, acudir sin escuchar. También es cierto que hay que ser muy bravo para encerrarse en campo contrario solo y contra una familia tan conservadora que aseguraba no comprar productos catalanes para que el IVA no se fuera a un país extranjero. 

Ante estas explicaciones Oriol lo dejó muy claro. Será bueno para España que Cataluña se independice, pues sería para España un problema menos. Pero lo dijo casi sin decirlo. Como cuando mintió de mentirijillas al decir que las relaciones deben ser buenas y beneficiosas para ambas partes, pues así España se beneficiará de lo que le compre Cataluña como país. Pero no dijo que para entonces Cataluña comprará a quien quiera, sea francés o chino, y sin duda se acordará de cuando le dijeron a la cara que productos catalanes no, por el IVA.

Genial Oriol Junqueras cuando con cara de muy buena persona aseguró que si por él fuera, declararía la independencia mañana. O cuando aseguró que si le inhabilitan mejor, pues así más razones y más catalanes deseando la independencia. Era un círculo que él mismo iba cerrando sabiendo que lo único importante eran los catalanes que estuvieran viendo el programa y escuchando a "los españoles" que se estaban retratando ellos solos. Teatro político muy bien realizado, con el único fin de dar un mitin electoral 2.0, entre inteligentes y tontos.

19.10.14

Horarios comerciales y horarios laborales. No es lo mismo

Un (ayer) sábado y en una importante ciudad del Reino Unido, a las 18,25 nos han echado casi literalmente de una gran librería de cuatro plantas, pues cerraban a las 18,30. Incluso la educación de los gestos era dudosa para lo que un cliente español suele admitir, pero en esta librería inglesa el resto de clientes actuó rápido para salir del edificio. Los únicos sorprendidos fuimos los tres españoles.

Es un ejemplo de que hay muchas maneras de entender la rentabilidad de los negocios, de los servicios, del comercio, de los horarios de los trabajadores. No hay una única manera de entender las relaciones laborales ni las relaciones y servicios para/con los clientes. Son diferentes formas.

Tan personas somos los clientes como los operarios que trabajan en el comercio. Los mismos derechos y respeto tienen unos y otros. Y todos lo deberíamos comprender. En el mercado laboral español las propias empresas presionan para atender a los clientes vengan a la hora que vengan, soliciten lo que soliciten. Y si no es así, el cliente tiende a cambiar de comercio o servicio. Como clientes no buscamos tanto unos servicios buenos como unos servicios clientelares cuando no con ribetes de ligero esclavismo.

Cada día más los trabajos son puntuales y todos en un momento dado (o en mil) terminaremos sirviendo a otras personas. Y tal vez entonces entendemos mucho mejor que un buen servicio se asienta sobre todo sobre unos comerciales atentos pero contentos. No serviciales sino profesionales. Si admitimos que un médico nos de hora de atención para dentro de dos días y nos haga esperar 30 minutos, es complicado admitir que exijamos a un peluquero o a un comercial de una tienda de golosinas que nos atienda en el acto y fuera de su horario laboral.