9.10.14

El marido de la enfermera con ébola, asomado a la libertad

O España se toma en serio que tiene la obligación de parecer un país europeo o nos mandarán al carajo. Hay imágenes que producen dolor sumado a la idiotez. En esta imagen, el marido de la enfermera ingresada por ébola aparece asomado a la ventana de su habitación. ¿Cómo es posible?

Si está infectado resulta increíble. Pero si está ingresado en espera de saber si lo está o no, es igual. Debería estar vigilado, incomunicado para evitar contagios si los análisis y el tiempo indican que está infectado o no. Mientras no se sepa su estado, si está ingresado no es para curarlo, sino para que NO contagie a nadie. ¿Y qué coño hace asomado a la calle, para que su imagen circule por toda Europa, si está en seguimiento por posible contagioso?

España está quednado reflejada en un charco complicado de defender, más en una actividad de la que creíamos tener una calidad muy alta. La suma de equivocaciones y malas prácticas es tremenda. No leamos lo que sucedió con la ambulancia que la trasladó al Carlos III una vz que ya se sabía que tenía ébola, pues es para ponerse a temblar. Para evitar el pensar que son ganicas de atacar al Gobierno, recomiendo leer el ABC que es conservador, así no cabe pensar que estamos en contra de quien gestiona.

7.10.14

España (y Aragón) es mucho más de lo que se creen la mayoría de españoles (aragoneses)

A veces como españoles nos cuesta seguir creyendo en el país. Entre el asunto del ébola, grave y preocupante por el descontrol que se refleja, y las barbaridades de los tipejos de las tarjetas negras, damos asco e incluso miedo.

El tema del ébola no debe preocuparnos, a poco que sepamos tomar las medidas correctas. España tiene los mecanismos correctos para controlar esta epidemia, de momento en forma de contagio muy localizado, aunque represente una mancha más en nuestra capacidad para gestionar las crisis. Los sanitarios están preocupados sobre todo por que algunos de ellos ya sabían que los riesgos eran altos y la medidas tomadas muy justas. Pero tenemos los medios para no tener que preocuparnos en exceso.

Pero debemos tomarnos muy en serio nuestro sistema de trabajo, de gestión, de comunicación, de creernos que somos un país importante. Damos la sensación de ser un país de pandereta, lleno de idioteces, de personas poco válidas, de ladronzuelos de media altura. Así nunca lograremos salir de esta falta de respeto social que padecemos como país de juerga y de pena, a partes iguales. Y acabar a gorrazos con toda esta inmundicia mediocre, que solo sabe emborracharse de lujos, colorines y sonrisas falsas.

Y de Aragón podría decir lo mismo, pero ampliado un 50% por no ser soberbio.