28.9.14

Solo poniendo pasión se logra sobresalir hacia la excelencia

Solo si dedicamos pasión a las acciones que realizamos, si somos constantes en ellas, merecerán la energía que les dedicamos. Y se notarán los buenos resultados.

El ser humano disfruta con empezar decenas de acciones, pero no se juzga mucho si tras comenzarlas no logra terminar mas que alguna. Es un tremendo error pues todas las acciones necesitan su propio tiempo para desarrollarse y suele ser diferente al que cada uno de nosotros estimamos correcto para esperar los frutos.

Hay que poner pasión en lo que se emprende, insistir hasta el agotamiento para lograr que merezca la pena. Si nos conformamos solo con comenzar el camino, nunca descubriremos a donde nos podría llevar. Antes de retirarnos, antes de abandonar el camino emprendido debemos preguntarnos si le hemos dedicado todo nuestro esfuerzo.

Es cierto que las acciones continuadas pueden resultar pesadas, costosas, pelmas, incluso aburridas en algunos momentos. Pero solo con la insistencia lograremos crecer junto al proyecto. Y sobre todo podremos saber si aquello tenía el sentido que pretendíamos desde el principio. 

Solo poniendo pasión conseguiremos que sirva para algo importante aquello que comenzamos.

Sabemos que tenemos excesivos proyectos banales que fueron empezados y que al no continuar con ellos no hemos logrado que se diferencien de otros. Es mucho mejor un proyecto con dedicación y pasión que una decena que no sobresalen del conjunto.

El día 19 de noviembre existirá y hay que aprender a gestionarlo

En tiempos complejos, complicados, solo las convicciones nos pueden mantener en las posturas adoptadas con anterioridad. Cataluña ha entrado en la fase de NO diálogo y ahora hay que dejar hacer. Pero ambas partes deben ser contundentes con sus convicciones y defenderlas sin reblar. Es un choque de camiones inevitable por la nula capacidad de diálogo de ambas partes, pero es mejor eso que la desilusión colectiva inevitable, que se dará sin duda, pero que al menos Debemos intentar que lo sea habiendo defendido bien las ideas interiores desde ambas posturas.

El día 10 de noviembre existirá. Y será mucho más complejo de gestionar que el día 9. Estamos hablando de sociedades, de convicciones muy asumidas en el subconscientes de un enorme número de españoles y catalanes, y que moverá montañas allá donde haya terremoto depresivo. Por eso solo queda ahora saber gestionar bien los tiempos intermedios y saber preparar el día 10, donde se tendrá que volver a negociar, a verse las caras las dos sociedades encontradas.