16.9.14

Tras las buenas ideas deben venir los proyectos bien realizados

En todo iniciativa que vayas a emprender necesitas tener una buena idea, pero debe estar asentada dentro de un desarrollado proyecto.

Sin ideas nada funciona: deben ser novedosas, posibles, actualizadas al momento, originales. Propias si es posible o adaptadas a tu propio mercado de actuación.

Pero detrás de cada idea u objetivo hay que desarrollar el programa que lo sustente: su rentabilidad, su posibilidad real de construirse, nuestras capacidades para realizarla, el análisis del mercado a donde acude, las competencias y debilidades de la idea, su financiación primera y su mantenimiento, su viabilidad.

Da igual si es una empresa, un proyecto artístico o educativo; toda idea necesita sujetarse tras un proyecto desarrollado para su fin. La idea es la bombilla, el proyecto el cable que le da luz. Si crees tener una buena idea que te permita convertirse en un proyecto, desarróllalo y solo entonces sabrás si tiene posibilidades de ser posible, de ser rentable, de merecer el esfuerzo. El proyecto es el que da sustancia a la buena idea, el que permite saber si además de buena idea merece trabajarla y hacerla crecer.

15.9.14

Un líder sin equipo no es nada. Un equipo sin líder tampoco

Cuando el nuevo PSOE en su primer Comité Federal emplea más titulares y tiempo a hablar de Podemos que de su programa, sus ideas, sus proyectos, sus ganas de ayudar a los españoles, algo mal están haciendo.

El PSOE nuevo todavía no ha encontrado su nuevo sitio en la nueva España y está disfrutando de sus espacios sabiendo que pueden ser los últimos meses de lujos y espacios políticos. No hay refundación, hay miedo y sobre todo muchas dudas.

Pedro Sánchez tienen primero que limpiar su propia casa de zancadillas, alejarse de los apoyos prestados a costa de que no sea nadie, demostrar que se merece ser candidato a algo más que ser temporalmente un Secretario General de transición.

La política española todavía no está preparada para prescindir del PSOE aunque ellos mismos se empeñen en lo contrario. Quedan años hasta encontrar la forma de que la izquierda pueda auparse al poder real, no al representativo. Y si me equivoco vendrán tiempos modorros, convulsos, complejos; aunque sin duda es lo que desea la sociedad, harta ya de tanto bobo con traje.

Se necesitan líderes de verdad, con capacidad de trasmitir, con equipos detrás que empujen y den soluciones. Un líder sin equipo no es nada. Un equipo sin líder tampoco.  Hay que trabajar mucho más.