2.9.14

La importancia de hacer las tareas bien organizadas

La sabiduría popular nos dice con acierto: “Vísteme despacio que tengo prisa”. Si te empeñas en hacer rápido aquello que es urgente lo normal es que lo tengas que hacer dos veces. Si algo es importante, no lo dudes, sobre todo es importante que lo hagas bien.

Los días tienen 24 horas, todos, pero no a todos nos da la misma sensación de eso. Nos agobia que parezca que hay días de solo 25 horas, que no nos queda tiempo ni para dormir. Sin duda ya hemos restado los tiempos de comer, pues no se come. Esto es un error, hay que planificar o replanificar.

Es importante saber decir: “Sí. Si pero no ahora”. No digas no, dale la oportunidad planificada por ti de que tienes otra solución para que sea posible. Dile siempre si, pero a partir de ese momento marca tú los tiempos y cúmplelos por encima de todo. Los has puesto tú.

Hay trabajos que no nos gusta hacer, esto sucede a todo el mundo, pero posponerlos solo agrava la sensación de que se convierten en eternos. Si no nos gusta hacerlo tenemos dos opciones. Decir que NO, y eso no lo recomiendo, o ponerse a realizar cuando le corresponda como si fuera otra tarea más. No tengas miedo ni asco, simplemente es que no todas las tareas son iguales.

Los trabajos sencillos a veces se pueden complicar. Y muchas veces no nos dejamos un espacio para poder emplear cuando algo se nos complica. ¿Sabemos calcular cuanto nos cuesta cada cosa que hacemos? ¿Y de donde podemos robar cinco minutos, quince minutos al cabo del día?

Organiza bien tu agenda, tu libretas, tus notas. No es perder el tiempo, es ganarlo. Revisa lo que escribes, apunta y tacha. A veces tener apuntado algo nos simplifica la solución de algo, pero hay que tenerlo organizado. Consulta y limpia, y no te fíes de esos consejos maravillosos que dicen que hay un programa maravilloso. A algunas personas le funciona de maravilla. Y a otros les funciona mejor la agenda de papel. Otros las tarjetas que rompen y tiran. “Cada maestrico, tiene su librico”, decían los ancestros abuelos.

1.9.14

El síndrome postvacacional se cura en 15 días. No tener vacaciones no tiene cura

Ya regresados casi todos de las vacaciones, a cada uno nos asaltan penas y ganas por igual, de seguir con lo viejo o con lo nuevo.

 Inevitablemente debemos volver a la normalidad anterior, aunque el cuerpo a veces nos pida una cosa u otra. Pero las vacaciones han sido solo un impase para así recargar las pilas y tener más fuerzas para continuar las conquistas personales y laborales.

Es bueno readaptarse en unos días y no de sopetón, para que exista un tiempo de unas 48 horas entre pasar de la sensación de vacaciones a la normalidad laboral. Debemos retomar poco a poco la situación anterior, reordenando el teléfono, los email, los asuntos pendientes, los nuevos proyectos. Viendo poco a poco todo lo que nos llenará la vida de las próximas semanas.

 Nada como volver a las horas de sueño anterior y a los horarios habituales, para aprender a adaptar al cuerpo con un espacio intermedio. Pero la mezcla entre vacaciones y normalidad debe tener también paso al recuerdo, a las fotografías de esas semanas, a las cervezas y las tapas en esos dos días de reencuentro. Y una vez vuelto al trabajo, debe ser útil el intercambio de información, el compartir las semanas de descanso, buscando la integración total en otras 48 horas.  No es perder dos días, es ganar la energía para todo un curso.

Trabajar debe ser una nueva energía y no un mal recuerdo de una obligación. Volver a la rutina debe ser volver a la normalidad, que aunque parezca lo mismo no lo es. Hemos tenido vacaciones para recargar nuestra energía positiva, para relajarnos y vaciar nuestro estrés. Se carga enseguida, pero nos pillará limpios de posos, convencidos de que es posible otro tipo de vida.

A las dos semanas de entrar en ese normalidad habitual ya casi no nos acordaremos de las vacaciones, pero si las hemos aprovechado nos sirven para estar más en forma, más limpios, con más energía positiva. Quien ha estado un año sin vacaciones, es decir dos años seguidos trabajando, sabe lo tremendo que es superar la situación a partir de los15/18 meses sin descanso suficiente. La productividad baja y las nuevas ideas desaparecen. Las vacaciones son simplemente necesarias.