1.9.14

El libro de Eli, en versión política y deportiva

Uno sabe que tener un libro de cabecera ayuda mucho a tener un discurso vital válido para todas las ocasiones. En la película “El libro de Eli” nos lo dejan claro, pero si has ido a un colegio de curas o monjas lo tienes más todavía. En estos casos es la Biblia, pero puede servir cualquier libro bien escrito con un discurso que se pueda emplear para todo tipo de circunstancias.

Es lo que tiene en su mochila los dirigentes de PODEMOS o cualquier otra formación política que desee alcanzar el éxito en el siglo XXI. Es decir, emplean las mismas técnicas que en el siglo I. Tener un libro de cabecera donde vengan apuntadas todas las respuestas y hacer copias del libro para todos los dirigentes. También lo hacen así los Testigos de Jehová y otros grupos parecidos.

Todos aciertan con la respuesta pues todos dicen lo mismo, tienen respuestas para todo y solo se habla de lo que allí viene apuntado. Algún partido político muy grande manda unas hojas los lunes a sus militantes más importantes con los santos y señas que hay que “vender” la semana en cuestión. Así todos hablan lo mismo de lo mismo y con un plan premeditado. Es el “Libro de Eli” en versión sociología para seguir controlando un país. Como la Biblia.

Los entrenadores saben jugar con la pizarra que es otro libro que se va borrando según se pierden las oportunidades de ganar. El entrenador que más pizarras tiene es al que más pagan, siempre que sean pizarras novedosas. Otro “Libro de Eli” sin que e note mucho.

31.8.14

El único cambio es que todas las izquierdas se han hartado de “los suyos”

La encuesta sondeo que publica hoy El Mundo y realizada por la muy profesional Sigma Dos es adjetivamente curiosa y terrible, simpática y digna de volver loco a cualquier estudiante de políticas con experiencia en sociología.

El efecto mariposa puede explicar parte de estos cambios casi absurdos, que multiplican la nada hasta hacerla interesante, pues además del enorme cabreo de los españoles con todos los políticos de la casta, algo más debe haber para que en seis meses hayan pasado los de Podemos desde las cuevas a lograr un teórico 21,2% de votos que les supondrían el voto de unos 5.000.000 de españoles.

Si el efecto “Pedro Sánchez” se ha disuelto como un azucarillo antes de ponerlo sobre el tazón de leche caliente, el de IU y UPyD ha sido flor de unos meses, hasta que ha aparecido el cambio diferente. ¿Pero estamos seguros de lo que queremos?

Si, los españoles lo que simplemente quieren es mandar a la mierda a todos los políticos anteriores a la crisis. Nos quieren en casa y con la pata quebrada para que no nos volvamos a mover. Se salvan algo los nacionalistas pero no en todos los lugares por igual y con cambios entre ellos donde hay más de una opción. Léase el país Vasco y Cataluña.

Si IU pierde más del 50% del voto en solo tres meses hay que pensar que o bien el sondeo está muy mal hecho o hay que cambiar hasta los cimientos. En el caso del PSOE ya se han dado cuenta que el cambio anunciado es…, poco cambio. Pero mientras tanto en el PP se frotan las manos y celebran que El Mundo les sigan queriendo. Nadie duda de las tendencias en los sondeos, pero casi siempre son décimas, algún número suelto, algunos detalles pulidos, pero nunca un cambio tremendo entre los números. Si nos fijamos lo que pierde UPyD lo gana el PP; y lo que pierde IU y el PSOE desde las últimas generales es casi lo que sube PODEMOS. Si añadimos el cambio y modificación social y política de los abstencionistas podemos observar que el único cambio es que todas las izquierdas se han hartado de “los suyos” y están buscando recambios. Nada más. Y nada menos. Y las derechas vuelven a donde siempre habían estado.