29.7.14

Los blog son como la Bolsa en crisis. Solo bajan

Los blog son algo vivo, es decir, algo que nace y se muere como todo bicho viviente. Pero no este o aquel, que también, sino todos, el sistema, la forma, la herramienta. Aviso, no estoy diciendo que estén atravesando malos momentos, sino que como son algo vivo, se transforman y se modifican, se mueven y retuercen sobre sí mismos.

Este mismo blog, en el año 2008 —jope hace ya 6 años— tuve unos meses con casi cinco veces más visitas que en estos meses del 2014. Una barbaridad pues ahora no me quejo del número de visitas. No me quejo mucho, quería decir. Pero en aquellos meses tuve en este blog casi cinco veces más visitas que ahora. Envidia sana.

He revisado las entradas y joroba, no me parecen del otro mundo, las veo viejas y muy normalitas. Un par de ellas han logrado las 5.000 visitas, pero poco más. Así que no tengo claro los motivos. Sería que en aquellos meses, como no había redes sociales, la gente leía más blog, digo yo.

Es curioso por que he revisado algunas entrada que considero interesantes, incluso con los años han aguantado bien el paso del tiempo, y no han logrado más de 6 visitas. En cambio algunas tontadas de campeonato, algunos textos casi vacíos superan sin problema las mil visitas. No me logro responder. Es posible que yo fuera el primero que llegué a hablar sobre las moscas macho o sobre la nula importancia del perejil en una paella de domingo.

Ni SEO ni tontadas, aquellos textos los escribía desde las agallas, sin controlar para nada lo que después harían los buscadores. Y menos pensando en seis años más tarde. En aquellos tiempos no pensaba que fuera capaz de aguantar tantos tiempos con aquel blog. Y ya ves, aquí estamos. Me lo tengo que hacer mirar mejor.

La soledad en positivo, la soledad elegida. Nuestra soledad necesaria

Alguna vez habréis oído hablar de la soledad en positivo, de esa necesidad de estar solos, de tener un espacio y un tiempo en donde nos encontramos con nosotros mismos. De ese tiempo que todos necesitamos cada día, para dedicarlo a nuestro encuentro, a hablarnos o a simplemente descansar plácidamente o a disfrutar de algo simple pero que nos gusta, y que pueden ser muchas cosas personales, pero que acompañadas de una dedicación totalmente para uno mismo sirven para algo más que para recargar la vida, para darnos placer sobre lo sencillo de la vida.

Todos necesitamos media hora al menos cada día, para dedicarnos en armonía y silencio, en soledad pero acompañados de nosotros a repasar el momento, a parar la pelota y repensar, a simplemente dejar llevarnos por la vida desde la nada. El vacío es importante.

Leer un libro en silencio o con nuestra música, hacer unos ejercicios de respiración o de relajación, escuchar sonidos que nos recuerden algo, simplemente estar relajado con muy poca luz, tomar un café en un local leyendo el diario, jugar en el tablet, escribir un diario o un blog, hacer algo de gimnasia, ver cine sin pensar en nada más, ver imágenes antiguas.

Todos tenemos algún deseo diario que nos resulta complicado realizar y que nos gustaría disfrutar con calma. Por ello necesitamos esa media hora diaria de soledad organizada. Y hacerlo todos los días. TU tiempo te pertenece, simplemente la vida te está pidiendo media hora diaria para ti, es muy poco.

Si dedicas media hora al día para ti que también existes aunque a veces dudes, las otras 23 horas y media que te quedan te rendirán mucho más que las 24 horas de antes, le resultarán más placenteras, todas, una vez que ya has encontrado esa media hora para disfrutar TU.

Es posible que haya días en los que eso sea imposible, bien, aceptémoslo, como debemos aprovechar de esos otros días en los que en vez de media hora podemos disfrutar de una hora entera. Pero seguro que a poco que te sepas organizar serás capaz de encontrar esa media hora para ti.