27.7.14

10 Diez consejos para ser más optimistas ante la vida

No es sencillo ser una persona optimista, pero algunos lo consiguen sin problemas, con una facilidad que asombra. Veamos algunos pequeños consejos para lograrlo, pues dentro del optimismo está también la salud.

Hay que creer en nosotros mismos, tener autoestima y una capacidad de asertividad alta. Somos capaces y lograremos lo que nos propongamos.

Mira, con sinceridad, no dejes que otros se meten en tu vida a mangonearla. Tu vida es tuya, te pertenece a ti, compártela si quieres, pero no permitas que otros te la zarandeen, te la utilices.

 No intente tener todo. Confórmate con lo que sea necesario y posible. Desear “el todo” cree idiotez humana. Lo mejor es disfrutar de lo que se puede conseguir.

La gente es buena. Hay malos y estos se dejan notar mucho, pero la mayoría de la gente es buena, y además muchas veces necesitan tu compañía y tu ayuda.

En la vida siempre hay caminos torcidos, piedras en las que tropezaremos, caídas y fuerzas para levantarnos. Es lo que les pasa a todos. DE las caídas se aprende. Y recuerda que todos han tropezado muchas veces, la diferencia está en saberse levantar o en hundirse.

No te preocupes por lograr el éxito.  Muchas veces no sirve para muchos. Preocúpate en alcanzar el placer, la felicidad, los valores humanos, el amor, la sencillez, la sonrisas.

Siempre hay que ir mejorando, es una de nuestras obligaciones. Un optimista también sigue mejorando su vida. Aunque creamos que ya lo tiene todo, él sabe que no y que debe seguir aprendiendo.

Sonreír es entregar amor. Ser amable, agradable, humano es entregar amor.

No vivas del tiempo que ya no está, no recuerdes el pasado más que para reconocer que has ido aprendiendo. De todo el pasado has logrado levantarse e ir edificando quien hoy eres.

Habla menos. Actúa y tira hacia el futuro desde el presente. Sé positivo y sigue mejorando tu forma de ser. Ser optimista es ser positivo, ser alegre. Pero nunca es ser tonto, ser un abandonado, ser alguien que no se entera. Ser optimista es saber que la vida es así y que hay que disfrutarla, pero sobre todo hacerla disfrutar a los que nos rodean.


26.7.14

Ejercicios para el cerebro. Ejercicios para evitar las pérdidas de memoria

Estamos compuestos de cuerpo y mente, de una parte física y otra mental, de un cerebro y un cuerpo. Sabemos con mucha facilidad cuidar o destrozar nuestro cuerpo ¿pero sabemos hacer lo mismo con nuestro cerebro?

Hay que tener una actividad social interesante y compleja, hay que tener inquietudes sociales para lograr que el cerebro esté engrasado y funcione bien, no se nos envejezca como el cuerpo con el paso de los años. Así de simple es la gimnasia mental para mantenernos en forma. 

Emplear el cerebro con pequeños juegos, con ejercicios sencillos o con actividades sociales. Leer, escribir, hacer crucigramas, jugar a sencillos juegos de piezas en el ordenador o en una Tablet, hablar con amigos, jugar a las cartas, al ajedrez, al dominó. Estar interesado en alguna actividad deportiva de la que nos interese el todo de la misma. Controlar bien los horarios y distribuirlos entre las actividades. Bailar, cocinar, tener un animal de compañía, ordenar el album fotográfico familiar, organizar una colección de algo, leer el periódico todos los días, tener un huerto en macetas. Escribir un diario o un libro de poesías.

Con los años la memoria se vuelve más compleja, tenemos nuestro disco duro interno muy lleno y sobre todo muy fragmentado, muy liado, lo que nos cuesta mucho más acceder a sus rincones escondidos. Para ello hay que tener estímulos intelectuales constantes que nos hagan estar en forma y no perder el acceso a nuestra habilidades cerebrales.

A partir de los sesenta años tenemos más problemas que nos acercan a la demencia senil y por ello debemos prestar más atención a las debilidades que podamos detectar. Se calcula que este problema de la edad suele aparecer con pequeños síntomas unos 10 años antes de ser un problema irresoluble, por lo que estar atentos nos debe servir para buscar remedios antes de que la enfermedad sea problemática.

Hay que dormir bien para recuperar el cerebro, para ponerlo todos los días “a cero”, hay que hacer algún tipo de actividad física para proteger nuestro sistema de circulación sanguínea, hay que descansar y sobre todo no aceptar el estrés como una posibilidad a edades avanzadas pues destroza los receptores del hipocampo ni caer en depresiones aunque sean leves, pues nos atenaza y nos vuelve más débiles ante un cerebro que hay que cuidar un poco más.