2.7.14

¿Qué es y para qué sirve la vida lenta, la “Live slow”?

La vida lenta, la “Live slow” trata de que asumamos todos que lo más valioso es lo que con triste normalidad, es de lo que más carecemos.

El tiempo libre para nosotros mismos, para aquello que más nos gusta hacer.

Todos asumimos que la sociedad está en crisis, que los valores ya no tienen el mismo papel social que hace unos años, que las escuelas deben cambiar, que las religiones que más crecen son aquellas que buscan la vida tranquila, el saborear la vida que tenemos.

Buscamos la conexión con personas, con la familia y amigos, con los vecinos, con la sociedad. Algo que hace unas décadas era muy común y que ahora en las ciudades hemos perdido. Deseamos tener una vida conectada, una vida comunicada con muchos. Y como entendemos que no es fácil hacerlo en persona, de forma física, nos inventamos otros sistemas más virtuales por que en realidad la necesidad existe, nos faltan las formas, las herramientas.

Pero la conexión entre personas sigue existiendo entre muchas culturas, es la occidental quien más hemos perdido este activo vital. 

Conexión en el que el intercambio alimentario era una de las posibilidades ancestrales más utilizadas. Yo hacía queso y te lo cambiaba por harina o por hierba. Yo hacía las herraduras y tu me ayudabas a regar mi huerta. Yo te contaba mis problemas y tu me ayudabas con mi dolor de espalda. Simple intercambio de relaciones humanas.

Pero la realidad es que tras olvidarnos de la importancia en las relaciones humanas debemos reaprender, cambiar nuestra forma de cultura para volver a la relación sincera con otras personas. Ser más simples pero más humanos, donde la calidad prime sobre la cantidad. La cercanía y el contacto de piel supla a estar rodeados de muchos pero con los que nunca hablas, nunca te tocas, nunca les escuchas.

Sexo lento para tener sexo más placentero

Estamos en tiempos en los que cada vez más se valora la lentitud en los contactos sexuales, pero también en todo tipo de relaciones con la vida. Hay personas, sobre todo hombres, a las que el sexo les dura muy pocos minutos, placenteros sin duda, pero escasos. Sobre todo a los hombres que llevan días sin hacer el amor y que en pocos minutos no pueden aguantar más la eyaculación. 

Un truco que se emplea a menudo en estos casos es masturbarse unas horas antes, para que el cuerpo te pille más relajado, con menos necesidad de vaciar los deseos sexuales. Las masturbaciones en hombres y mujeres son unos ejercicios muy beneficiosos.

Otro sistema para el que se requiere un poco de práctica es parar la relación sexual, para que el cuerpo “se enfríe” sexualmente, pero solo unos segundos para que ninguna de las dos personas pierdan la concentración y el clímax. Parando unos segundos se logra rebajar la tensión, pero en llegando a un punto esto es imposible.

Otra solución o pequeño truco es apretar la base del penecon dos dedos o incluso clavando una uña pero con delicadeza. Se trata de notarlo pero no de que se haga daño. Se distrae la sensación del final sexual y se logra alargar un poco el tiempo final.

El yoga o el Pilates tiene algunos ejercicios que sirven tanto para mujeres como para hombres a la hora de lograr que los músculos de la pelvis estén más fuertes y por ello sean más controlables. Es un sistema más lento y que sin duda hay que ir haciendo muchos días antes de que se puedan probar sus resultados.

Muchas parejas inician los contactos sexuales en posiciones incómodas, vestidos, en lugares que no son los que al final recibirán las caricias últimas y con ellos alargan el juego amoroso unos minutos.  Se empiezan con posiciones extrañas, que vayan haciendo crecer el deseo y el clímax pero poco a poco. Las posiciones en las que se está de forma perpendicular o en las que no se toca todo el cuerpo son las más lentas.