23.6.14

No sería el Frente Popular sino un Frente Social Progresista

Que Podemos e IU (o al revés) terminarán llegando a un acuerdo está muy claro aunque ahora suenen campañas de discordia. Es inevitable. Que a ese equipo electoral se sumará Equo tampoco parece muy complicado de entender.

Si analizamos junto a toda esta inevitable posibilidad el recambio que sufrirá IU y PSOE en sus gestores, las variables pueden ser varias más.

Una de ellas sería la incorporación a este equipo electoral y programático “por España” de un PSOE también gestionado por otra persona y otro grupo de dirigentes nuevos y previsiblemente más jóvenes.

Todos asumen que esto parece imposible pero que es deseable. Que esto hoy “ES” imposible pero que los tiempos modifican todos los puntos de vista. 

La refundación del PSOE debe incluir todas las posibilidades, comprendidas las de perder en el 2015 las municipales y en el 2016 las generales. Pero también la de aunar fuerzas con toda la izquierda para que sean estas las que lideren las reformas importantes que necesita España.

Si tenemos dudas sobre la cantidad y calidad de nuestras reformas necesarias nos debemos ir a revisar como han sufrido la actual crisis los países europeos vecinos nuestros y como la estamos sufriendo nosotros. Las reformas deben ser muy profundas en muchos aspectos, no solo económicos y laborales, sino también de organización política, culturales y educativos, incluso de relaciones exteriores, energéticos o territoriales y constitucionales. Una política española excesivamente troceada hará imposible que se pueda modificar lo necesario.

¿Quien va a gobernar el PSOE tras el verano 2014?

Tiene otro problema el PSOE que se suma al decaimiento general. Optan cuatro militantes reconocidos a la Secretaría General, pero ninguno dispone de apoyos más que suficientes sobre el resto, aunque parece que Madina se adelanta en la carrera pero a pasos leves. La regeneración cuesta emprenderla pues se suman excesivos dinosaurios que no hablan pero maniobran y algunas federaciones tienen un peso tan excesivo que otras pequeñas las miran para tras ver su decisión obran en consecuencia, a favor o en contra de lo que estas digan.

El problema son las ideas, el saber si tienen que irse a la derecha o a la izquierda, el decidir si prefieren a un joven o a un progresista, si quieren a alguien que ya es Diputado o se la juegan con un líder que no estará en el Congreso.

Pedro Sánchez ha optado por no asustar a los socialistas más dinosaurios, por la europea idea del liberalismo guapo y simpático, por la idea de que él también puede ser el Felipe González del siglo XXI.