7.5.14

Para emprender una nueva empresa es básico tener un asesor legal

Yo siempre animo a emprender, a poco que mi interlocutor se atreva a prestarme atención y me escuche unos segundos. No es nada fácil emprender, más bien se necesitan unos hábitos complejos, unas valías algo especiales, un poco de suerte y algún empujón. Pero si me encuentro a alguien que vale y que además cree en él mismo, le empujo aun sabiendo que luego me buscarán mucho más que si me callo.

Ahora estoy en este asunto con una mujer joven muy válida, que sabe trabajar muy bien en lo suyo, que no tiene miedos en trabajar para otros en Etiopía o en Venezuela o en Asturias y que está constantemente aprendiendo. Pero lo he dejado claro en las palabras anteriores. No tiene miedos si trabaja para otros. Pero tiembla si tiene que trabajar para ella. No tiembla ante las responsabilidades del trabajo, sino ante los líos legales, fiscales, contables, de los papeles como ella me dice.

Hoy le he planteado lo básico, derrotado ya de lograr otro paso nuevo. 
—Olvídate en ganar dinero durante un buen tiempo; si hay ganancias crece, si hay trabajo crece, si hay facturaciones y se te escapa controlarlas contrata a un gestor. Paga con lo que serían tus beneficios a una persona que te haga bien todos los papeles, pero no abandones, no cejes de pelear por ser más grande. Si te dan miedo los papeles hoy, cuando empiezas, dedícate a lo que sabes hacer muy bien y aprende que un asesor es un proveedor más, necesario y muy útil, que te dará más tiempo laboral a cambio de un poco de tu facturación. 
Espero haberla convencido con tal de que no se olvide que lo importante es asentarse en lo que ella sabe hacer bien.

Y recordar; si en un trabajo de emprendedor no hay posibilidad de pagar a asesores, proveedores varios e impuestos suficientes para una cobertura social justa, lo mejor es plantearse qué debes hacer mejor y más beneficioso, pues la miseria está reñida con el crecimiento de una idea emprendedora. Una cosa es ajustar gastos, controlar inversiones, incidir en los mercados con un precio barato, y otra bien distinta pensar que solo es posible lograr asentar la idea, la empresa, desde la miseria emprendedora.

Somos unos benditos que nos creemos todo lo que nos cuentan

Los capitalistas nos ganaron la batalla a costa de hacernos mayores, cómodos y con piso propio. Nos vendieron sus hipotecas y nos quitaron a cambio los libros de Marx que tanto nos costaron comprar cuando estaban prohibidos. Se nos olvidó de donde venimos, convencidos de que a donde íbamos era el paraíso. Y ahora estamos en esas, buscando la salida.

No es que estamos tristes, es peor, estamos desocupados y fuera de cobertura, ajados de arrugas y vacíos de ideas. Y como máximo logro, hemos decidido unirnos todos para no ir a votar a nadie, pues nos han convencido de que todos son iguales.

La inoperancia al poder de la nada. Estar quietos como máximo exponente de que somos los mismos que antes, pero apagados del botón social. Dicen los agoreros que somos doce millones los españoles quebrantados por las políticas equivocadas, pero que casi todos estamos quietos en la mata, acojonados por si vamos a peor. En realidad, ser doce millones es una mierda pues quejarse, lo que se dice quejarse de veras, no estaremos muchos más del uno por mil. En Zaragoza unos 600. De los doce millones repartidos por toda España unos 12.000. Les llega con la policía habitual.

Por eso nos ponen todos los días en los telediarios imágenes de Ucrania, de Alepo o de Homs. Así nos enseñan que a poco que nos pongamos a joder terminaremos con las calles hechas añicos y el polvo no lo podremos quitar con Mister Proper. Vamos, que nos han convencido otra vez que es mucho mejor ser pobres pero limpios que pobres pero llenos de sangre. Son de listos un huevo. Y nosotros unos benditos que nos creemos todo lo que nos cuentan.