9.5.14

Trasplantes de riñón en cadena de favores, en la España más humanitaria

Cuando desde España se hace algo que trasciende fronteras y está muy bien realizado hay que aplaudirlo hasta cansarnos. La cadena de trasplantes de riñón con seis personas trasplantadas con riñones donados sin tener vínculos afectivos, pero intercambiando compatibilidades y ayudándose unos a otros, es además de una excelente idea un engranaje personal y humano digno de sentir orgulloso a toda una sociedad.

Una persona necesita un riñón y tras encontrar la magnificencia un familiar donante es muy posible que este no sea compatible con el receptor. Con esta fórmula humanitaria, se busca un riñón en donde se pueda encontrar, pero el riñón que donaría el familiar se emplea para otro enfermo en otra ciudad a quien se le solicita otro familiar que done otro riñón aunque tampoco sea para su familiar directo. Así, en cadena, hasta seis ejemplos de solidaridad. Entre Madrid, Barakaldo, Barcelona y Cádiz. Engranando personas y familiares que quieran donar órganos para salvar la vida a sus parejas o familiares, aunque sea de forma indirecta

La gastronomía une sociedades y personas, unifica culturas y modos

Tras ver a dos centenares de personas comiendo juntas durante nueve sesiones de ágapes festivos y calurosos, a uno no le cabe duda de que seguimos siendo animales gregarios. Allí estábamos personas venidas desde decenas de ciudades y países, unas trescientas personas por sesión alimenticia comiendo juntos como si aquello fuera de lo más normal. Pero resulta curioso que todos comíamos cerezas o fresas, lentejas o arroz negro de las mismas formas y maneras. Pero cada uno veníamos de una casa, de una sociedad, de una gastronomía bien distinta. Rusos, alemanes, belgas, portugueses, franceses e ingleses además de andaluces o aragoneses acompañaban a los catalanes anfitriones. Nos comíamos todos las rabanetas fileteadas o las manitas de cerdo sin hacer aspavientos. Tomábamos pastas de coco o patatas asadas con dos salsas como si todos viniéramos de la misma cuna. La gastronomía humaniza e iguala. Eso si, vi comer lentejas con chorizo utilizando un tenedor, pero eso es lo de menos.