15.4.14

Agua, fútbol y miseria. En estos caldos nos movemos

Los calores nos obligan a buscar más agua. Y la tenemos. No valoramos el lujo de poseer agua para beber en distintas temperaturas y sabores, agua para bañarnos cuando queramos, agua para limpiar o para regar. Simplemente el lujo de tener agua es ya una gran suerte. Pero agua tengo yo, tú y pocos más.

Estamos pendientes del fútbol como de un mantra que todo lo cura. Lo repetimos, lo conocemos bien, lo adoramos, nos gastamos en él lo que no tenemos, creemos que lo entendemos, nos envuelve para hacernos gozar. Es San Fútbol el Salvador de las miserias. Es la droga social más barata y legal que se conoce. ¿He dicho barata?, estoy tonto.

Todos vemos crecer las miserias por las calles. Personas que antes estaban en sus hogares, dentro de familias y trabajos, ahora se descalzan para ponerse de rodillas sobre las zapatillas y poder pedir con más pena. Lo duro es que pasamos por su lado molestándonos todos. Los hemos convertido en mobiliario urbano. Si no lo resolvemos son el caldo donde se pudre la paz social, donde crecerá el veneno que se nos comerá las entretelas. No es pesimismo, es lógica.

14.4.14

El Mestalla es el nombre de un negocio de secuestros y fútbol. Con perdón siempre

Con el máximo respeto a todas las iniciativas privadas para hacer negocio, el miércoles por la tarde se juega la Copa del Rey de fútbol en el campo del Valencia que llaman el Mestalla por una acequia que circulaba a su vera. Como la Romareda de Zaragoza, pero con la enorme diferencia de que en Valencia es propiedad privada el inmenso solar y edificio del campo de fútbol.

Los negocios son a veces curiosos y raros. Tapados y oscuros para mentes tan bobas como la mía. Sigamos viendo datos para saber menos.

El campo y el edificio actual es inmenso, está en buenas condiciones y se puede reparar y pintar además de modernizar. Está junto a la Ciudad Universitaria, bien comunicado con Metro y cerca de suficientes zonas verdes. Algunos creyeron que aquella pastilla de terreno sería el tesoro del rey Salomón si construían pisos de lujo y llamaron por teléfono a los amigos.