4.3.14

Debemos integrar a los inmigrantes de África, pero no hacemos nada


El director de La Razón, Francisco Marhuenda, hombre duro que no se rinde haga tempestad o se encuentre solo ante todos, sabe emplear la palabra para meter el dedo en el ojo de todos los que él llama progres, aunque en la mayoría de los casos nos resbale.

Ayer nos decía que los progres no planteamos ideas nuevas, refiriéndose a la inmigración que nos viene desde África. Sabe y sé que a veces tiene razón, aunque menos veces de lo que parece. Le mata su apoyo a las tesis más conservadoras de la economía y la sociedad, pero a veces peca de infantilismo, lo cual no es de extrañar dados sus planteamientos políticos.

Le voy a dar una idea. ¿Es lógico que a los inmigrantes que nos llegan desde África no les estemos desde hace años realizando unos programas de formación profesional que desde lo más bajo a los más alto nivel sirva para integrarlos a nuestra sociedad? Deberíamos ser capaces de lograr esa integración pues España es un país enorme al que le faltan habitantes. Nuestros países vecinos tienen más personas en su seno que España. Los habitantes son un factor de riqueza económica en un país si se sabe emplear y formar, si se le sabe integrar y ponerlo a funcionar y a crear riqueza.

Así que sí, además de cuidarlos, curarlos y darles cobijo humanitario, deberíamos empezar a ponerlos a estudiar con urgencia pues son muchos años admitiendo que lo único que saben hacer es vender bolsos por las aceras. No, no se trata de crear competencia desleal a los trabajadores españoles, no me jodas. La competencia desleal la crean algunas mafias, ciertos países que exportan a pesetica el cacho o empresarios desnaturalizados que juegan a joder. No seamos torpes, no es cuestión de 15 días, es una acción egoísta a medio y largo plazo, se trata de ser más grandes, más potentes, más capaces.

2.3.14

Tras la cartomancia viene la carbomancia. Otro engaño más

El número de idioteces mentales que se emplean para sanar, para la videncia o para adivinar con cartomancia va creciendo una vez que se dan cuentan todos los que pululan por estos campos que se les acaban los chollos. El último invento es la carbomancia. Efectivamente, es la CARBOMANCIA y no la catomancia.

Este invento no se aprende, no se enseña, es un método de adivinación que le viene canalizado por los sueños a la que a partir de ese momento ya se siente adivina y que te entregan en días o semanas no sabemos bien quien hasta que la persona elegida se sienta “carbomanta” o como se llame y a partir de ese momento ya puede adivinar el futuro y cobrar por ello.

El truco es adivinar el futuro escribiendo con carboncillo encima de tus propias manos, sobre las dos que sobre una no sirve, y a partir de lo que ve la responsable de la carbomancia adivinar qué te ha sucedido en el pasado, saber como te encuentras hoy y qué te sucederá en el futuro. Todo con arreglo a las rayas que te escribe ella misma sobre tus manos.

Para más recochineo las mismas personas son capaces de dar cursos de carbomancia, pero eso si, avisando que si antes no han recibido las canalizaciones correspondientes, el curso no servirá para nada. Jodo.

Cada uno es libre de engañarse con lo que guste, faltaría más. Incluso de creer en lo que le venga en gana. Pero al menos que no te cobren mucho, anda, que para lo poco que sirve con un par de euros ya sirve.