3.2.14

Evitemos el choque social entre España Cataluña 2014.01

Tras el excelente programa de Salvados de ayer en La Sexta hay algunas cuestiones que tenemos más claras. Ahora toca continuar tirando del hilo de ellas.

1/ Cataluña no se independizará de España a no ser que los españoles centralistas sin visión histórica se empeñen en ello.

2/ Lo que ahora se pretende es preguntar qué piensan los catalanes; y solo unos se empeñan en negarse a la consulta u otros en propiciarla por encima de todo, porque todas las partes ya saben de antemano cual será el resultado. Tras la pregunta y la contabilidad, viene lo complicado y eso es lo que temen todas las partes. Pero hacer política histórica no es tan fácil como insultar en un mitin.

3/ Cuando el 50% de los habitantes de un país quieren activamente algo, si además van unidos a otros 25% que lo desean pasivamente, es imposible dar el silencio como respuesta.

4/ Es posible dialogar siempre, lo que no quiere decir que sea fácil. Pero es más sencillo si se sabe elegir bien a los interlocutores, con capacidad de decisión y moralmente respetables.

5/ Mientras gobierne en España los residuos de la "Una, grande y libre" es muy complicado avanzar en soluciones, y como todo se mueve en las sociedades, si no vamos hacia las soluciones es que caminamos hacia más problemas.

6/ Los catalanes tras el retroceso autonómico de Aznar y sobre todo tras la sentencia del Tribunal Constitucional que eliminaba artículos de su Estatut después de ser votado por todos los catalanes, mientras a su vez se les concedía y aceptaba los mismos artículos para los valencianos, tomaron la decisión de que no se puede continuar con esta relación entre las partes.

7/ Sin ser imprescindible, si es muy importante avanzar en una reforma legal del fisco catalán que sin llegar a ser como la Foral de Navarra o el País Vasco, sea más lógica con los catalanes. Hay que ser sinceros con los números, conocer bien los auténticos balances fiscales y abrir el melón de la solidaridad, planteando metas, tiempos, cantidades, reformas; pero también poniendo en valor lo que España propicia en Cataluña eligiendo en detrimento de otros territorios inversiones no siempre bien explicadas a todos. 

8/ Hay que propiciar la suspensión temporal de la consulta catalana creando una mesa de trabajo con cinco políticos (al menos) de miras abiertas al futuro, que sientan las bases de una próxima reforma de la Constitución, para revitalizarla y ponerla al día.

9/ Hay que asumir que la consulta a los catalanes es inevitable, sea con el beneplácito de Madrid o sin el; sea con la aprobación de CIU o sin ella. Es ya imposible escamotear a la sociedad catalana este asunto, pues está anclado en su propia forma de entender su futuro. Unas elecciones plebiscitarias sería el camino final si se cierran los fáciles. Y el adelanto electoral y le fecha depende de Cataluña, así como los programas y las coaliciones que se presentaran a la misma.

10/ El futuro de Cataluña puede marchar de la mano compleja de CIU, o desde el empuje grueso de ERC o utilizando empujones a golpes de otras fuerzas políticas y sociales más radicales. Los catalanes tienen donde elegir si desde Madrid se les cierran puertas. Por desgracia para el diálogo constructivo facilón ni el PSC ni el PP tienen muchas posibilidades de influir si van solos, y para ganar credibilidad entre sus grupos sociales catalanes deberían ir junto a ICV y Ciudadans a las mesas de diálogo, aunque suene esto último a imposible.

11/ Hay que evitar la desafección de la política catalana, de sus instituciones, de sus empresas, una vez que ya hemos perdido la de su sociedad. Quien piense que si no se hace nada todo se hará solo, acierta. Pero lo que no domina es ni el cómo, ni el cuando, ni el hasta donde. 

2.2.14

La izquierda ya ha vuelto a perder en Europa por falta de ideas ¿Y ahora?

Inmersos en una crisis económica que sigue amenazando a todos los laterales mundiales, sabedores que el abuso del sistema capitalista ha propiciado estos desmanes que como siempre afectan más a los que menos tienen, esperábamos respuestas de corrección, ideas reformadoras para atajar los problemas, salidas lógicas a las situaciones de pobreza que crecen entre las sociedades que más sufren.

Pero nada de esto se está produciendo. Parecemos congelados ante la inoperancia.

Y lo más doloroso es que desde la izquierda que en Europa perdió las elecciones al Parlamento europeo del año 2009, desde el socialismos europeo cada vez más desaparecido, no se atisban ideas frescas, planteamientos que sirvan para nada que no sea llorar.

¿Alguien sabe qué está proponiendo la izquierda europea ante la actual y larguísima crisis económica, política y social de Europa?

Pues en muy pocos meses se ofrecerá a revalidar su derrota. Y no sabemos nada que no sea las dudas entre los nombres de los candidatos, los deseos de ser, pero no de plantear.

Le lanzamos la culpa a la derecha rancia sin percatarnos que gran parte de culpa la tiene la izquierda inoperante que no ofrece soluciones nuevas. Incluso que no es capaz de asumir que cuando ellos gobernaron tampoco hicieron nada por evitar la debacle que hoy tenemos. Mantienen a los mismos líderes cuando no han desaparecido, no recambian ideas ni programas, se asustan cuando surgen nuevos partidos políticos, logran revivir a viejos líderes que ya creíamos acabados.

Decidamos ya, ahora en febrero, que la izquierda no va a gobernar en Europa durante otros cinco años más. No perdamos el tiempo con ilusiones no creíbles ni admitidas por nadie entre una sociedad desafectada. Hemos perdido antes de presentarnos, pues parecemos incapaces de querer ganar.

Y para finalizar un detalle que nos quieren convencer de que no tiene importancia. NO son los sistemas los que fallan, son personas con nombres y apellidos. Sabemos quienes se equivocaron en 1929, en 2006, 2008 o en 2011, hasta llevar al mundo, a Europa o a España al desastre. Fallan gestores que por inoperantes, por incapaces, por imbéciles no deberían nunca tener la responsabilidad que entre todos nosotros les entregamos.

Si la izquierda en España o en Europa no está respondiendo no es culpa de la izquierda sino de personas concretas, alimentadas por todos. Pero los incapaces tienen nombre y apellidos.