12.1.14

La neblina cerebral en enfermos tratados con quimioterapia

Tras el diagnóstico de un cáncer viene la gran dureza del tratamiento, en general con quimioterapia, que es un cóctel muy agresivo de medicamentos químicos en unas dosis brutales.  Pero de momento imprescindibles para detener el avance de la enfermedad  y vencerla.

Cada día sabemos que se intenta un tratamiento muy personalizado, cada vez se hacen más controles a los enfermos para adaptar el tratamiento en cada sesión según sus síntomas, el avance o retroceso de la enfermedad y los efectos secundarios que produce. Cada día se conoce más el efecto que la quimioterapia tiene sobre la totalidad del cuerpo humano. Y asumimos todos que estamos en la prehistoria del tratamiento de enfermedades como el cáncer.

Pero en los últimos tiempos, hay estudios que nos indican que además de los efectos secundarios que son fáciles de ver, hay otros más escondidos a los que debemos prestar una gran atención.

Hay pacientes con sesiones de quimioterapia que a las pocas semanas o incluso a los años de haber recibido el tratamiento, empiezan a sufrir vacíos mentales, equivocaciones, errores cerebrales, que hasta ahora se atribuían al estado psicológico del enfermo y que ya se sabe que la propia medicación oncológica es la que crea estos estados que llaman “neblina cerebral” y que crean confusión y problemas de coordinación o despistes absurdos.

Lo importante es conocer los síntomas, saber que suelen crecer con los meses y años tras el tratamiento y que debe conocerlos el médico que trata a los pacientes para bien evitarlo o para tratarlos como un síntoma más. Como importante es conocer también que estos efectos no afectan a todos los enfermos, sino que cada uno de ellos responde de una manera distinta a la quimioterapia.

Cataluña ayer, el País Vasco hoy, necesitan mesura e inteligencia política

A veces las imágenes las provocan los tontos inútiles que se dedican a la política sin saber cómo funcionan las sociedades. Bilbao hoy sábado es un ejemplo claro. La sociedad vasca también puede estar harta de tantas manipulaciones apelando a la violencia de algunos imbéciles ya casi todos detenidos. No se debe jugar con el dolor ajeno. Nadie. Tampoco los que lo manipulan para sus fines partidistas de todo tipo. 

La justicia está para cumplirse pero también para acatarla una vez cumplida la pena. Y si no gusta, hay que cambiarla con el consenso necesario, pero nunca manipularla o utilizarla.

Cuando toca hablar de la PAZ todos tenemos que intentan empujar para avanzar hacia ella. Si recuperamos odios y los manipulamos según las ideas que imperan en cada momento político, lo normal es marear a la sociedad y que esta se nos vuelva en contra de lo establecido. Las personas existen. Siempre. Respetémoslas y pensemos que son inteligentes.

Cataluña y el País Vasco necesitan calma y diálogo, más inteligencia política y más trabajo social para que los problemas no se enquisten. La culpa no es de los que salen a la calle, sino de los que los provocan hasta salir o de los que restan derechos sin mesura adulta apelando a religiones, ideas arcaicas u obediencias debidas a poderes económicos de complicada asimilación por el conjunto de la sociedad.