1.1.14

Balance de visitas en el blog durante el año 2013

Como todas las cuentas de la vieja tienen interpretaciones, aunque en los últimos meses han bajado bastante las visitas en mis blogs, sacando esos números durante año 2013, he tenido un total de 760.078 visitas, mal contadas pues algunos blog poco atendidos no están en mis apuntes. Y digo que tienen interpretaciones pues el desánimo es alto pero el número total anima.

Menos visitas a alos blog que en el año 2012 y sin haber abandono la actividad de todos ellos sino creo que al contrario, pero perdiendo PageRank sin tampoco saber bien los motivos. Es una cantidad de visitas considerable que no reporta ni un solo euro de ingreso a ningún blog y con un sabor personal irregular pues mientras en algunos casos las visitas se han mantenido bien o incluso han  ascendido, en otros han bajado considerablemente.

Mi apreciación es que los temas políticos y sociales cada vez interesan menos, que los temas locales se mantienen bien así como los blog más personales. Es lo que hay y así lo hemos analizado, sin entrar a valorar qué tipos de entradas han dado más juego, que también se ha realizado, pero que creo es cocina interna sin mucho valor.

Gracias a todos y todas por leerme los blog, por comentar las entradas (muy poco) y sabiendo que esa es la asignatura pendiente. Animaros más a comentar que eso sube mis visitas y se necesitan pues es el único ingreso que tenemos: saber que estáis aquí, leyendo esto. Un abrazo.

Está permitido soñar despierto, que para eso tenemos un año entero por delante

Vamos a empezar el Año Nuevo soñando, nada mejor. Y no me refiero a levantarse tarde de la cama sino a soñar despierto, organizado y consciente. Vamos a soñar con buenos propósitos. 

¿Qué tal un viaje a NY? Sí, a esa ciudad que llaman Nueva York y que tanto atrae con todas sus complejidades buenas y malas. ¿Para qué queremos un año entero si no es para gastarlo a nuestro gusto?

Yo iría a NY simplemente por ver sus calles, no sus tiendas, sus calles y sus mobiliairos urbanos, sus asfaltos, sus gentes pululando, sus luces y sus carteles. No necesitaría entrar a ningún local, si acaso a tiendas de barrio o a garitos de licor. Intentaría atreverme para visitar algunos barrios marcados en las películas de negro, aunque fuera a las 12 de la mañana y con la barba de varios días. Y me perdería por su Central Park que debe ser como el Parque José Antonio Labordeta pero en adulto. Y visitaría su Apple Store, eso si, allí caería como un bellaco.