26.12.13

Historias de cuando yo era sapo venenoso

Yo cuando era sapo tenía un problema mortal si sudaba o cogía esos cabreos del veinte por mi carácter un poco mandón, pues transpiraba un veneno asqueroso que mataba a quien se acercaba a tocarme, fuera pequeño o grande el visitante. Y aunque esto parezca una ventaja para hacerme respetar, mi manía de chuparme los morros me traía de cráneo pues cogía unas descomposiciones intestinales de aúpa. Tuve que dejar de ser sapo por eso mismo, me estaba envenenando yo mismo y encima sufría dolores retorcidos en las tripas. Pero ahora que soy rana me da asco relamerme los labios y encima solo meto miedo con mi color verde adelfa.

25.12.13

Soñé que estaba tumbado sobre un sofá. O sobre la hierba, que no estoy seguro

Me tumbé sobre el sofá para soñar escapándome, pero no lo entienden los que te miran y enseguida preguntan: ¿te pasa algo? ¿estás mal? Respondes mirándoles para mantener la educación pero no les dices la verdad para no descubrirte. Simplemente deseas encontrarte con un paisaje vital que allí no está, quieres volver a tumbarte sobre la hierba suave de la orilla tranquila del río grande, junto a donde termina la acequia en donde pescabas cangrejos con tu padre y reencontrarte por unos instantes con él. 

Te levantas sin despertarte del sofá para no preocuparlos y les sonríes educadamente mientras te sacudes la hierba del pantalón tras recibir el beso de tu padre.