2.8.13

En todo tipo de tratamiento medicinal se necesitan profesionales


La medicina convencional o alopática , la más utilizada y en los últimos tiempos la más puesta en duda, está atravesando tiempos complejos por culpa un poco de todos, aunque los laboratorios de productos químicas se lleva la palma de estas grandes dudas.
En estos últimos años van rescatándose técnicas milenarias o modernas que intentan plantear la lucha contra la enfermedad desde otras ópticas que no sean puramente las químicas.
Hoy la solución habitual de la medicina tradicional o alopática es intentar resolver todos los problemas con pastillas, con química, con productos de laboratorio que poco a poco vamos conociendo que muchas veces responden más a criterios comercial apoyados en criterios de investigación. No debemos separar ambos como no debemos negar que la investigación constante logra avances que no siempre satisfacen a los enfermos, que esperamos más rapidez en las curaciones, más persistencia en ellas.
Muchas veces más que curar se logra mantener la enfermedad, que aunque es un gran logro no deja de ser un pequeño desasosiego que obliga a los enfermos a intentar buscar “otras” soluciones en “otras” medicinas diferentes.
Las medicinas alternativas, muchas de ellas también naturales, buscan más el contacto con las personas, la personalización de las respuestas al problema, la interiorización del mismo buscando soluciones propias. Son técnicas que muchas veces funcionan y pocas veces producen efectos secundarios. Incluso bastantes ocasiones pueden ser complementos a las terapias químicas.
Pero sí hay que distinguir claramente y de forma rotunda lo que pueden ser tratamientos realizados por chamanes más o menos con bata blanca o con plumas, de lo que son tratamientos alternativos pero realizados por profesionales de la medicina. No es lo mismo un tratamiento alternativo que simplemente es distinto, pero realizado por profesionales con reconocido prestigio, que tratamientos de pseudociencia amparados en engaños repetidos hasta hacerlos parecer verdades.

1.8.13

Aprender a defenderse contra la ansiedad y el estrés negativo


Hemos comentado alguna vez que la ansiedad es necesaria incluso, pero siempre a niveles bajos y controlables. ¿Pero qué sucede cuando la ansiedad te empieza a afectar negativamente?
 Pues es el momento de empezar a tomar decisiones para controlarla afectivamente. Es malo dejar que crezca la ansiedad y el estrés, hay que empezar YA, ahora mismo, a encontrar métodos de control para reducir su potencia. Tenemos como veremos luego, solo 15 segundos para reaccionar.
Es normal que las ideas negativas del pasado nos vuelvan intermitentemente pero con fuerza para sentirnos peor cada vez más y muchas veces sin poderlas controlar. Perdemos además nuestras defensas psicológicas para hacer frente a estos ataques interiores, contra los que tenemos menos inmunidad. Hay que buscar en ese mismo pasado que nos ataca con citas negativas, buscando las positivas, que seguro las hay y en mayor número aunque escondidas y apoderarnos de ellas para recordarlas contra las negativas.
Hay que reducir con urgencia los motivos, las causas que motivas nuestro estrés. Aprendamos a manejar los tiempos, estableciendo prioridades laborales, sociales o de convivencia y sobre todo aprender a que los tiempos de cada persona son distintos y que todos nosotros necesitamos un tiempo para nosotros mismos.
Tu mandas sobre ti. Esto es fundamental que lo interiorices. Tu puedes mandarte parar. Ordénate con fuerza: “Vale, stop, cambia, hay que parar” y obedece a tus propias órdenes. Acostumbra a darte una orden corta, una sola palabra. Pero interiormente dila con fuerza en cuanto te vengan pensamientos negativos.
Esto hay que hacerlo antes de que trascurran 15 segundo desde que aparecen los pensamientos negativos. A partir de ese tiempo ya se han apoderado de tu pensamiento y has perdido el control y la libertad de controlarte.  Son 15 segundo. Solo.
Y tras decirte “PARA”, imagínate en un lugar tranquilo, elegido por ti, siempre el mismo, un sitio conocido y suave, el que elijas, pero trasládate a ese lugar en el que te sientes seguro y descansa y respira profundamente y siente que has vuelto a vencer a la ansiedad o al estrés negativo.