3.8.13

España se merece un gobierno distinto. Creo


Esta semana ha quedado muy claro que en España una vez obtenido el Gobierno y si este es por mayoría absoluta entregada por un 23% de todos los españoles o un 30,3% de los españoles con derecho a votar o un 44% de los españoles que SI votaron —pero siempre absoluta—, es imposible cambiar de gestores aunque se sospeche del todo de ellos. Se enrocan y se encierran. Punto.
Toda España está pendientes estos días de agosto del enemigo Bárcenas y del periódico El Mundo. Jodo qué gozada de posibilidades para cambiar España. Solo una piedra del tamaño de un camión, dicha o publicada con pruebas por estos dos “torrentes” de sabiduría, podrían realizar un cambio de Gobierno en España. Y seguimos pensando que España salió desde la Transición más pura y democrática que todos los países de chirigota. No tenemos remedio ni arreglo. Spain is different
Rajoy puede ser dos cosas: o partícipe de los chanchullos de Bárcenas o desconocedor de estos y por ello un imberbe niño de teta. Podemos pensarlo. Pero en España no nos podemos permitir el lujo egipcio de tener que elegir entre un delincuente o un tonto.
Mariano simplemente esta semana, ni escuchó ni apuntó las preguntas de UPyD o de Izquierda Plural, sonrío y puso caras ante las preguntas del flojo Rubalcaba y se frotó las manos mientras hablaba un apagado Durán, más pendiente de que NO le dijeran “y tú más” que de explicar algo coherente. Lo que hay que cerrar no son empresas sino sistemas de gestión política llenas de salamandras comedores de bichos con la lengua. España se merece otra cosa. Creo.

Siete consejos para emprender mejor en la empresa


Todos queremos en nuestras empresas ser los mejores. O lo que es igual, deseamos que nuestra empresa sea la mejor. Pero es posible que en el intento caigamos en errores fáciles, escondidos entre el día a día, amparándose en las prisas y en las gestiones rutinarias. Veamos algunos ejemplos.
Innovar es cambiar, es probar, es buscar soluciones diferentes. Hay que buscar nuevas ideas, actualizar las formas de trabajo, adaptarlas a los nuevos tiempos que nos marcan los clientes, el mercado, la situación nueva.
 En estos tiempos todos intentamos no perder. Es básico, pero también es un riesgo. Tratar de no perder supone muchas veces lograr no ganar. Y una empresa si no gana en realidad está perdiendo.
Hay que conocer mejor a los clientes, son los que no hacen funcionar, los que nos pagan el sueldo, los que nos ayudan a invertir, los que dan sentido a las empresas. Sin clientes no tiene sentido ninguna empresa.
Efectivamente, hay muchos tipos de clientes, incluso muchas maneras de entender qué es un cliente, quien es cliente de quien. Hay que replantearse el concepto de cliente hasta adaptarlo a su máxima expresión.
En toda empresa deben ser “todos” los que estén pensando en cambiar y mejorar. Podemos tener un equipo que lidere los cambios, la innovación, pero debe contar con todo el equipo para conocer necesidades y posibilidades.
Tus clientes se mueven, tu competencia se mueve. ¿No sería más lógico que tú fueras por delante?
No hay que esperar a que la propia empresa te solicite el cambio con urgencia, es un gran error pensar que como todo funciona nada debe cambiarse. La obligación es estar siempre buscando mejoras, plantear estrategias empresariales nuevas que necesiten de cambios, moverse pues los mercados siempre se mueven. Incluso cuando parecen que no se están moviendo.