28.7.13

Cuando NO sirve la autoayuda para el estrés y la ansiedad?


Todos tenemos estrés y ansiedad, va con nosotros, nos acompaña e incluso nos ayuda en nuestra forma de vivir. Pero si la cantidad es excesiva nos bloquea y nos fastidia.

La autoayuda SOLO sirve para los casos de estrés y ansiedad entre bajos y medios. Cuando se convierten en un problema serio, cuando los ataques de ansiedad no se puede controlar y sobre todo prever, hay que acudir al especialista médico a pedir ayuda.

La autoayuda para casos de estrés o ansiedad sirve perfectamente mientras nosotros mismos seamos capaces de controlar la situación y poner en marcha los mecanismos de relajación y de ayudar personal que hayamos conocido.

Pero muchas veces los ataques de ansiedad nos paralizan, nos convierten en totalmente distintos a como somos en la normalidad. Entonces solo nos queda que nos ayuden los que nos rodean, para ponernos otra vez en buenas condiciones y acudir a los médicos.

Con la autoayuda podemos controlar niveles NO ELEVADOS de estrés y ansiedad, que son la mayoría de los casos en nuestra vida. Podemos también controlar a que no vayan creciendo con el tiempo en nuestro interior. Que no es poco. Pero si el ataque nos invade y nos transforma, hay que acudir a urgencias y a los especialistas médicos.

Un ejercicio de relajación, sencillo y novedoso


Vamos a realizar un ejercicio de relajación, sencillo y novedoso.

Concéntrate en lo que sientes en cada momento.
Tócate con la punta de la lengua las encías en su parte superior.
Haz fuerza con la lengua sobre la zona, todo lo que puedas.
Ahora pasa la lengua de forma muy suave por la misma zona y nota la diferencia entre hacer fuerza y pasar la lengua suavemente.
Encoje la lengua sobre ella misma e intenta tocar la parte final de la encía, como si intentaras tocar la garganta.
Arrastra lentamente la lengua por toda la encía hasta su posición normal.
Empieza a tocar las muelas superiores de la zona derechas con la lengua y va pasando de una muela a otra, hasta llegar a los dientes y continúa hasta el otro lado de la boca buscando todas las muelas.
Has la misma con las piezas de la zona inferior.
Sigue concentrado en sentir como la lengua va recorriendo todas las zonas de la boca.

Este ejercicio, estoy seguro, te ha llevado unos pocos minutos, pero en ellos no has pensado más que en lo que estabas haciendo, en ti mismo, obligándote a estar concentrado en tus sensaciones normales.
Has dejado de pensar en situaciones negativos. Eras capaz de controlar tus pensamientos. Si lo logras forzando ciertos ejercicios, poco a poco te irás acostumbrando a dominarte y a mandar sobre tus pensamientos, para apartarlos.

¡Ahora no toca! Tú también puedes darte órdenes a ti mismo.