6.4.13

Cuidado con los escraches, pueden ser muy peligrosos

La sociedad está muy cabreada pero incurrir en los escraches como herramientas de queja me parece un grave error. Hay que presionar ante los desmanes, ante los errores, por los cambios de leyes que siempre joden a los mismos, pero toda queja tiene que disponer de un espacio en el tiempo y sobre todo en el espacio.
Los políticos tienen su responsabilidad pero también su vida privada. Podemos estar en contra de sus gestiones, de sus decisiones, pero toda crítica debe acabar donde empieza su vida privada. El límite acaba donde acaba su cargo y empieza su vida privada.
No es de recibo aprobar y aplaudir los sistemas de presión hacia las personas que llega hasta sus vidas privadas. Como no lo es comparar estas prácticas con el nazismo como ha realizado la diputada del PP Eva Durán, pues simplemente buscan equivocadamente unas reacciones. Los unos y los otros.
Contra toda acción siempre hay una reacción. Presionar hasta sus vidas privadas tendrá sus consecuencias como resistencias que hoy no podemos controlar. Y no me gusta llegar hasta esos extremos. Sé lo que están pensando los que se sientes presionados e incluso perseguidos y es caer en una tentación equivocada y en otro error añadido a la lista.
Es verdad que la situación social se está complicando sin aire de futuro, y es verdad que los pactos teóricos de no agresión se han roto unilateralmente por los que mandan, haciendo perder a los débiles los derechos adquiridos durante muchos años de gestiones y peleas. Pero hay que saber medir las consecuencias de toda acción. Se pueden convertir en una pelota que vuelve sin premio.

5.4.13

Raúl del Pozo escribe ‘Barcenas no quiere ser Torres, o sí’

Raúl del Pozo, hoy en El Mundo, publica una patada en los riñones del PP. Raúl del Pozo es sobre todo profesional y aunque siempre habla con lenguajes dobles o triples, se le entiende perfectamente. Habla este viernes que “un tercer hombre” le ha enseñado papales que harían estremecer al Gobierno. El artículo lo titula ‘Barcenas no quiere ser Torres, o sí’

“Esta vez no es una garganta, ni un duende, ni un confidente ni un Mark Felt de aparcamiento, sino un tercer hombre, ajeno al territorio de las mentiras, el que me informa sobre Luis Bárcenas en una noche de lluvia y de fútbol. El tercer hombre me muestra unos folios donde el hombre de los papeles ha escrito cantidades y nombres”

Pero da pistas para que no nos despistemos mucho. Y dice que todos cobraban en negro menos Aznar y que él mismo ha visto los recibos firmados por los que recibían esas cantidades. E incluso indica que quien repartía los sobres no era Bárcenas sino alguien por encima de él. Jope.

“Hay, además, correos electrónicos y números de teléfono. Algunas veces le ha avisado Mariano Rajoy: «Ten cuidado, Luis, que nos pueden estar escuchando». Lo que me muestra para que las lea y las toque, sin poder llevármelas, no son los llamados papeles, sino unas hojas donde hay nombres que harían estremecer al Gobierno y al aparato productivo. Veo una empresa fantasma, tapadera, supuestamente para hacer zanjas, realmente una empresa del PP para el trasvase de donativos y chanchullos”

Y deja claro quien formaba parte de estos apaños. Para terminar remachando que Francisco Correa está a punto de caramelo para “largar” de todo, pues se siente mal tratado.

“Observo en las recaudaciones de 1989 talones junto a grandes empresarios de la distribución, del vino, de la construcción, estrellas de radio o directivos de comunicación que han cambiado en estos años de compañía. Al lado de un talón está el nombre del chófer de un presidente, el asesor áulico de un presidente, nombres mayores y menores entre maletines y cheques (hay uno de 9 millones de pesetas). Según el tercer hombre, los sobresueldos se siguieron pagando a los dirigentes del partido cuando llegaron al Gobierno. El que llevaba los sobres no era Bárcenas, sino alguien por encima de él, que regalaba a alguno de los jefes una caja de Montecristo. José María Aznar, sin embargo, no recibió sobresueldos desde que llegó a la presidencia del Gobierno. Los demás, todos”

E insiste Raúl del Pozo en nombrar a su hombre invisible para convencernos de que existe, de que habla, de que le cuenta y que en el PP tienen que atarse los machos, si quieren seguir con sonrisas en camino que les queda. Y para terminar deja las siguientes líneas.

Me informa en el tercer gol del Real Madrid, el tercer hombre, que Bárcenas no quiere ser el Torres del PP, un felón, un traidor, después de 30 años de lealtad al partido. Ha aguantado durante cuatro años una carga que no le corresponde. Sólo tiene un problema con la Hacienda Pública porque los que decidieron sobre donaciones y sobresueldos fueron los políticos; los gerentes cobraban los donativos con testigos. Por supuesto, Luis conserva algunos «recibí» muy significativos y no hay ninguno de Mariano Rajoy.

Bárcenas cobraba más que todos porque cobraba todo en blanco. Espera que el juicio sea nulo, por vicios de procedimiento, quebrantamiento de formas, porque hay anomalías en el origen de las pruebas. No tiene ningún miedo. Lo más que hay es delito fiscal, entre 2002 y 2003, pero no hay cohecho porque no era senador en los años que se investigan. Ya soporta una medida sustitutiva de prisión: la bola y la cadena, el acoso de la calle. ¿Qué justificación tendrían para encerrarlo? Los papeles originales los tiene en su poder Álvaro Lapuerta, un caballero.

Los papeles son ciertos, están escritos por Luis. Los pasó a El País, Trías. Rosalía, una mujer brava suele decir: «No pongo la mano por mi marido, pongo la cabeza. Si le pasa algo, acabaré con quien tenga que acabar». Fue el matrimonio Bárcenas quien le dio a Mariano Rajoy la dirección del sastre. Luis está cabreadísimo porque el Gobierno no ha sido capaz de apartar del caso a las fiscales y policías del Gobierno anterior. Lo han dejado «colgao» porque Ruz hace lo que le dice la Fiscalía, y además, le ha tomado el pelo Jorge Fernández”-