24.3.13

Escuela diferente con 25 alumnos

Grupos militantes islámicos han llenado el vacío en Malí tras el Golpe de Estado, formando un extremista mini-estado al norte de Malí. El colapso del gobierno estatal al sur, ha ahuyentado la inversión extranjera y el turismo —uno de sus pilares económicos— se ha reducido drásticamente. Djenne, ciudad calificada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, vio caer su turismo de más de 10.000 a menos de 20 visitantes extranjeros totales en el año 2012. El algodón de Malí y de las industrias del oro parece estar capeando bien la inseguridad hasta el momento, pero está en manos de unas pocas familias.

El fotógrafo de Reuters Joe Penney ha pasado varios meses en Malí este año, y en esta imagen nos muestra una escuela islámica en donde un maestro enseña versículos del Corán en Djenné (Yenné o Jenne), en el mes de septiembre de 2012. Las miradas de los niños y niñas dicen todo. 

Es una pequeña ciudad de unos 30.000 habitantes a orillas del río Bani, muy cerca de la desembocadura de este río hasta el Níger, colocada para su desgracia entre las dos zonas del conflicto de Malí.  Es muy conocida la ciudad por la imagen de su Gran Mezquita, la mayor del mundo realizad en adobe. Es ciudad de tuareg, con todo lo que esto representa como forma de vida, de hospitalidad y de leyes propias.

Menos manifestaciones son más. Marea Azul en Zaragoza

Movilizar a las personas, a la sociedades, tienen una medida y nos estamos pasando. Ayer en Zaragoza salió a la calle la Marea Azul, y fue un relativo fracaso. Hay motivos para seguir cabreados, muchos motivos que van incluso creciendo. Hay que demostrar que estamos hartos. Pero los que organizan y deciden los tempos y las cantidades de movilizaciones se han equivocado en las frecuencias.

Salió a la calle la Marea Azul, largamente preparada en Zaragoza y que contaba con un gran número de organizaciones que había previsto un gran éxito. Se había realizado donaciones para poder hacer una gran ola azul con telas que cubriera el máximo espacio de la Plaza del Pilar. Aquellas pequeñas donaciones funcionaron pero no así el número de personas que acudieron el sábado a la plaza a demostrar su rechazo a la privatización del agua.

Convocados por asociaciones ciudadanas, ecologistas y sindicatos y con el lema de  "El agua no se vende, se ama y se defiende" acudieron unas 2.000 personas según los organizadores, aunque personalmente creo que muchas menos, pues se nos ha olvidado contar personas desde hace décadas.

No es posible seguir movilizando a las mismas personas pues se queman, se cansan, se agotan. No es posible seguir movilizando a las mismas organizaciones ciudadanas, a los mismos gestores de sindicatos o de partidos políticos afines, pues se les impide dedicarse a lo único que debería importar. Buscar soluciones.

Contra los que van las manifestaciones saben sumar, mirar y observar. Toman nota de todo. En la marea verde tantas mil en la blanca unas pocas menos, en la gris no vino nadie, en aquella acudieron los mayores, en la otra las mujeres. Les damos pistas y todas ellas negativas para conseguir el éxito. Al ajedrez hay que saber jugar muy bien y además no explicar tus movimientos enseñando con la mano la pieza que vas a mover.