3.2.13

Tú eres el único capaz de lograr éxito en tu propia vida

Si el dueño de un negocio, si un deportista, un estudiante o un trabajador no están motivado, ni San Administrador logrará de él unos resultados básicos. La acción primera de quien gestiona personas o decisiones o trabajos es la de lograr que estén motivados los que intervienen en estas labores.

Hay que inspirar, motivar, lograr que cada uno saquemos lo mejor de nosotros mismos, que es mucho más de lo que creemos, con ilusión y ganas de lograr los objetivos propuestos intentando que la excelencia de nuestros pensamientos logren también la excelencia de nuestros trabajos.

Da igual el momento, la edad, la situación, el problema que nos inunde la vida. Todos somos capaces de lograr mucho más de lo que nos creemos, y depende sobre todo de cada uno de nosotros, pero también de que sepan motivarnos, nos ayuden a creer en nosotros mismos.

Somos capaces de superarnos a nosotros mismos a poco que vayamos aprendiendo técnicas de liderazgo personal, de defensa ante los problemas, de relacionarnos mejor con las personas, de dominar nuestros instintos viscerales.  Ser dueño de nuestras decisiones y pensamientos también se puede aprender.

Hoy en internet hay muchos lugares de autoayuda. Quédate con el que consideres que se acerca más a tus gustos y necesidades. Puedes comprar muchos libros de autoayuda, pero elije a un autor o dos, que te gusten y no caigas en modas. Incluso los clásicos sirven para darnos consejos. Incluso la Biblia (aunque no seas religioso) está llena de buenos consejos, los libros clásicos de los griegos son también un excelente ejercicio de autoayuda.

No hay fórmulas mágicas, hay consejos que pueden ayudar si tú mismo quieres y puedes ponerlos en práctica. No hay amuletos, vírgenes, milagros que sirvan para ser mejor. Recuerda siempre, que tú y solo tú, eres el único capaz de lograr éxito en tu propia vida.

2.2.13

Hay que saber controlar la pasión verbal en exceso

No es bueno emplear la pasión con exceso, hay que controlarse y tener un estado de ánimo ante los demás que trasmita templanza. 

Para nos resultar vulgar ante los demás; nada como demostrar que sabes controlarte y que eres capaz de dominar las situaciones que van apareciendo. Y si la pasión te está inundando los sentimientos, lo mejor es no actuar, esperar a que venga la calma, cambiar nuestra forma de actuar, no decidir de cualquier forma pues perderás parte de tu reputación y los disgustos envolverán tus acciones.

La mejor manera de responder es desde la tranquilidad, sin olvidarnos de que la templanza no debe esconder la contundencia de nuestras decisiones. Podemos y debemos ser claros en nuestras decisiones, mantener nuestras posturas, pero sin tener que perder la calma, sin añadir pasión y violencia verbal a nuestros planteamientos.

Con la calma se puede conseguir casi lo mismo que con la potencia desmedida, así que elije. Entre ser considerado capaz pero también templado o ser considerado capaz pero excesivamente violento: ¿Tú a quien respetaría más?