2.2.13

Ya no hay que hablar. Ahora toca dimitir e irse a casa

¿Y a partir de ahora, qué? El daño que se está haciendo a la política en España es gravísimo, las posibilidades de salir bien de esta basura son muy pocas, los pasos a dar son complicados y no hay carácter para darlos. La sensación y la mezcla de varios casos de corrupción de muy alto nivel están llevando a España a una situación tan grave como la de aquel enero y febrero de 1981.

Podemos pensar que no sucede nada, podemos incluso buscar excusas y creernos milongas, podemos estar convencidos de que todo es un gran invento, pero la sensación social es muy otra y las pruebas se amontonan en una dirección que nos lleva al vertedero.
En situaciones como esta, solo las grandes alturas de miras, el convencimiento de que por encima de todo está el país o el Estado o ambos, nos pueden salvar del colapso. No será sencillo salir de la crisis económica, pero de esta crisis política y de Estado va a ser imposible si no ponemos remedio con urgencia a modos y a vicios, a sensaciones y a miedos, a faltas de respeto y a trasparencias.
Hay que cambiar tantas cosas que parece imposible hacerlo. Pero en cambio todos coincidimos en que debemos realizar este cambio o no saldremos con la cabeza alta de este barullo. La papilla vomitada es de tal carácter, que nos va a manchar a todos nosotros. También a los que creemos que mirando hacia otro lado, es suficiente.
O se convocan elecciones anticipadas con urgencia. Una mala solución de cara al exterior.
O se dimite y se busca un Gobierno alternativo del PP con personas completamente nuevas que dirijan el partido de otra manera, liderado por una persona independiente tipo Monti.
O se forma un Estado de coalición en donde formen parte al menos 5 partidos políticos en un Gobierno de transición hacia un nuevo modelo de financiación política, con limpieza de todo lo que suene anterior al año 2010.
A grandes males, grandes remedios, o lo males seguirán creciendo. España no es un país de delincuentes o jetas, de chorizos o de recoge sobres. Si acaso es un país de tranquilos y de indolentes. CAsi no queda tiempo para evitar el ahogo.

1.2.13

Disimula tus defectos y los de tu ambiente. Es lo que hacen los otros

Tu país, tu ciudad, tu empresa, tu casa, tú mismo, tienen (tenemos) defectos. 

Con sinceridad, hay que disimularlos. Tú vives en un ambiente, dentro de una vida ya formada que crea tu ambiente de vida. Si constantemente te estás quejando de todo lo que te acompaña en la vida, estarás equivocándote, pues te pueden preguntar “¿Qué haces tú para mejorarlas?”. Y no sabrás bien qué responder.

Tu habilidad debe ser la de disimular los errores, los fallos, las cosas que no te gustan. Esto no quiere decir que te calles en donde haya que decir con fuerza que algo no funciona bien, sino que hay que elegir bien los interlocutores, los lugares de la queja, los sitios en donde hay que aplaudir a tu país o tu empresa y los lugares en donde hay que criticarla aportando soluciones.

Debes intentar que tu vida, lo que te rodea, tu ciudad o tu empresa, tengan prestigio y respeto. Si te estás quejando constantemente de ellos, conseguirás lo contrario, lograrás que piensen lo desgraciado que res por vivir en lugares malos, pero también lo incapaz que eres por no rebelarte y cambiar tus lugares de vida.

Hay que trasmitir a los demás que vives lleno de virtudes, que tus lugares son muy interesantes. Y lavar los trapos sucios en los lavaderos, nunca delante de todos y en la plaza pública en donde los demás van perfectamente limpios y nunca enseñan sus partes socias. Todos tenemos que lavarnos las ropas, todos las ensuciamos. Pero lo importante es saber donde y cómo se lavan las manos y los culos.