30.1.13

Las grandes empresas también tragan la pérdida de sus convenios

Hoy me reunía con dos trabajadores de una gran empresa zaragozana. Diríamos que líder mundial en su sector, para no dar datos pero dejar su importancia sobre la mesa. En estas semanas se ha tenido que tragar una rebaja del 10% de sueldos de manera directa más otro 8% en diversos conceptos de convenio y un aumento de casi 60 horas anuales de trabajo. La reforma laboral de Mariano Rajoy o del PP, que nunca se sabe bien, ha logrado que estos cambios laborales sean posibles y los trabajadores opten por hacer huelga o tragar ante descuelgues o despidos masivos. Si, se votó y el miedo hizo que se perdieran derechos de muchos años, en un resultado claramente a favor de que no haya despidos, es decir, miedos.

Durante meses han tenido muy poco trabajo, curiosamente esta semana les han llegado un buen montón de nuevos pedidos, pero es con toda seguridad una casualidad casual y curiosa.
La sensación global es que la productividad de la empresa se va a resentir. España era un país con grandes capacidades productivas desde empresas en donde los convenios colectivos eran de calidad. Los trabajadores —en muchos casos con grandes peleas sobre sus espaldas hasta conseguir lo que ahora han perdido en pocos días—, saben lo que es trabajar con sumo gusto y lo que es trabajar a disgusto.
Creo que la productividad en España sale perdiendo con estos recortes imbéciles, que al final serán las empresas españolas las que saldrán perdiendo que dejarán de tener el activo de la calidad y de la productividad excelente, antes de la deslocalización definitiva en busca de mercados más baratos aunque peores. No sabemos defender lo que nos diferencia como mercado de trabajo, y entramos en una pendiente complicada. El daño que se está produciendo en nuestro mercado laboral, social, productivo, gerencial, de excelencia, es enorme. Pero parece que no somos capaces de encontrar otras fórmulas que el abaratamiento de todo nuestro país.

Ideas a tener en cuenta antes de emprender una nueva empresa

Ante la falta de trabajo por cuenta ajena, cada vez son más la personas que intentan montar su propia pequeña empresa y crear su propio empleo. Una decisión compleja que no siempre goza de una atención y análisis serio por parte de los implicados.

Dicen los expertos que las nuevas empresas fallan principalmente por falta de formación del emprendedor o por desconocimiento del sector en el que se implanta el nuevo proyecto, sin tener en cuenta los factores clave a la hora de poner en marcha un negocio con futuro. Un enemigo habitual del emprendedor es, curiosamente, el exceso de entusiasmo ante la nueva empresa, creyendo que con el optimismo y las ganas de triunfar es suficiente para lograr el éxito.

La realidad nos cie que sobre un 90% de los proyectos que cierran lo hacen por una falta de formación empresarial o por un desconocimiento del sector sobre el que se intenta hacer negocio. Ya tenemos dos puntos importantes que hay que cuidar, antes de que los fracasos sean un gran lastre. Saber gestionar personas y equipos es también un activo importante.

  Sobre un 75% de las nuevas empresas cierran antes de los 5 años, lo que supone un fracaso de la actividad y a veces un fracaso personal con deudas asumidas que lastran la recuperación de nuevos proyectos. Pero que estos datos no supongan NUNCA un freno, sino si acaso, un análisis más serio de las posibilidades y de las actuaciones que hay que hacer antes de crear una empresa.

Emprender es la suma de conocimientos técnicos, empresariales y de venta. Ahora muchos caen en el error de intentar crear una empresa o de tomar una franquicia, sin conocimientos suficientes y terminan  destrozando un sector o parte de él, antes de cerrar su propia empresa. El intrusismo o los errores bárbaros, llevan a tirar precios, a destruir sectores, con tal de no hundir la nueva empresa, cuando en realidad los fallos no son de precio. Muchas veces no saber vender tu propio producto crees que se puede compensar con abaratar el precio final. Y en realidad la hundimiento es parecido pero arrastras con los errores a todo un sector. Bajar precios es muy sencillo. Volverlos a subir a su precio de rentabilidad muy complicado.

Hay que crear un producto o servicio que sea nuevo o interesante.

Hay que saber bien a quien debes dirigirte con este nuevo producto o servicio.

Hay que lograr que te paguen por el producto o servicio lo que cuesta más un poco más para beneficios.

Para ello, sobre todo para la tercera parte, es fundamental saber analizar el producto y no engañarse. Cada cosa vale lo que realmente vale, no lo que se puede cobrar por él. Pongamos un ejemplo muy sencillo. Si por un productos el mercado está dispuesto a pagar 3 y a ti te cuesta 3,2, por muy bueno que seas creando una empresas, no será rentable nunca. Hay que abaratar los costes o buscar otros mercados. Pero nunca abaratar precio final para conseguir clientes, pues estarás perdiendo con tu negocio aunque tengas miles de clientes. Contra más clientes, más perderás.

Recordar además dos aspectos clave. Uno: que todos los mercados evolucionan y más en periodos de crisis. Dos: que tu empresa solo sabrá crecer o disminuir. Entender esto es fundamental para saber adaptarse pues nada se queda quieto. Tendrás que ir adaptándote a los cambios y cambiar supone modificar las metas, la paredes, los cajones, las ideas, la formación, los mercados. A veces hay que reinventar todo, incluso a veces cerrar y reabrir. No hay que tener miedo, simplemente hay que intentar trabajar con red, como en los circos.