9.1.13

Nadie te obliga a trabajar en la misma empresa siempre

Nadie acude a una tienda de mascotas y pide:
—!Quiero un pájaro que no vuele¡

Si quieres que te compren para un puesto de trabajo —perdona la asquerosa expresión—, tienes que estar volando y demostrar que sabes volar con cualquier tipo de viento, llueva o haga calor.

Tienes que demostrarles que todavía se te rifan, que siempre han estado muy contentos con tus trabajos, que sabes volar o estar en la jaula; que te adaptas a lo que pida el comprador del pájaro.

¿Es duro?, no te preocupes, tu libertad te pertenece, pero si entiendes los mecanismos del sistema —hasta que logremos cambiarlos entre todos—, te adaptarás con menos dolor y más éxito.

No se trata solo de adaptarse, también de ser el mejor, de intentar la excelencia. Incluso sabiendo que nada es eterno y que de todo proceso se puede aprender y salir ganando. Mira los trabajos como una oportunidad para mejorar también tú, para demostrarte que vales, que vas a seguir aprendiendo y que desde este puesto vas a intentar buscar otro mejor.

Nadie te obliga a tener que estar en la misma empresa siempre, incuso es beneficioso para tus intereses cambiar y sobre todo estar preparándote y buscando mejorar desde dentro y/o a través de otra empresa.

Los conceptos de fidelidad a las empresas donde se trabaja se acabaron hace mucho, y lo destruyeron los propios empresarios.

Los beneficios empresariales deberían pagar impuestos de muy diversas maneras

Toca defenderse, toca buscar a quien nos defienda. Si IU plantea que las grandes empresas que SI dan beneficios pero que aun asi despiden de manera no individual, sean acusadas de fraude y de delito, es de aplaudir y de preguntarnos por qué no existe esta figura jurídica en el derecho. 

Los empresarios tiene derecho, faltaría más, a llevarse a su casa los beneficios, aunque sean obtenidos por la suma de muchos factores, entre los que los trabajadores son imprescindibles. Pero que si hay beneficios, que no se paguen impuestos es una barbaridad consentida de forma ilógica y rayando la ilegalidad aunque se ampare en figuras tributarias legales.
Si además vemos como estas grandes empresas para optimizar sus beneficios, que NO sus producciones o sus futuros, despiden a su gusto en momentos de crisis, dejando que las crisis las sufran el Estado y los trabajadores, y los beneficios solo los disfruten ellos, somos imbéciles por no impedirlo.
Como es ilógico que tengan la misma carga impositiva fiscal los beneficios repartidas que los beneficios que sirven para dotar a la empresa de más fuerza o seguridad. Efectivamente ya sé que los beneficios que no se reparten pueden (y digo solo, pueden) pagar menos impuestos, pero es que simplemente debería ser que los que se reparten deberían cotizar mucho más.
No es lo mismo que una empresa crezca y sea más fuerte y por ello sus socios tengan más riqueza al tenerla su propia empresa, a que esos beneficios se repartan personalmente entre los socios. No debería ser lo mismo una empresa que crea empleo que otra que lo destruye a la hora de pagar fiscalmente por sus beneficios. Como tampoco lo debería ser si se invierte y crece o se desinvierte y mengua, con una fiscalidad investigadas e inspeccionada para evitar la limpieza del bisturí de algunos asesores empresariales.