2.1.13

¿Qué hacemos con los desempleados mayores de 50 años?


Esta mañana tenía que ir a las oficinas de empleo a solicitar una renovación de prestaciones. No era urgente, sabía que podía esperar unos días, pero al llegar me he encontrado con la sorpresa de tener 119 personas delante mía en la Oficina de Empleo con arreglo al número del ticket entregado. Jope —he pensado—, si casi nunca hay más de una veintena de personas como mucho. 

Efectivamente he decidido abandonar y solicitar cita previa por teléfono. Ya he dicho que no era urgente. 

Antes, en las filas había muchos jóvenes, bastantes mujeres, inmigrantes y algunos adultos varones. Pero en los últimos meses veo muchos hombres de mi edad, mayores de 50 años, con cara triste y agachada, sin brillo en las miradas, sabiendo que están así para siempre.

Nadie sabe resolver este problema, pero España necesita a los millones de personas que estamos sin producir por los problemas sin resolver. Si se piensa que sobramos los millones de personas desempleadas mayores de 50 años, nada mejor que decirlo con claridad. Con dos bemoles.

Si sobramos y no vamos a ser capaces de darles una solución, si ya estamos condenados a vernos convertidos en los nuevos pobres, que se diga con arrojo. Algunos escaparemos con las ayudas familiares, pero muchos otros no. Y todos, dejaremos de ser ciudadanos normales para ser cargas absurdas.  

¿A esto quiere condenar España a los millones de desempleados mayores de 50 años? ¿a no ser capaces de producir, de consumir, de crear y trabajar, de ser válidos para la sociedad española, a vernos como unos parias que encima nos enganchamos a las ayudas públicas para no morir de miseria?

¿Quieres defender lo tuyo?: pues actúa

Hoy El País nos brinda un artículo de Michele Boldrin, economista, experto en crecimiento económico y profesor de la Washington University in Saint Louis y que ha titulado “Aguantar mata: el dilema de España” donde nos explica que para salir de la crisis no hay que resistir y esperar la vuelta de los buenos tiempos. Hay que actuar.

Esta semana el escritor peruano Santiago Roncagliolo decía: Si ustedes creen que algún proyecto mejorará el mundo, defiéndalo. Siempre hacen falta buenas ideas. El mundo que les va a tocar defender es muy complicado y todas las verdades pueden volverse mentiras en cinco años o en cinco minutos.

Ambos avisaban de algo que nos estamos olvidando de emplear. Somos responsables de nuestro futuro, es nuestro, no debemos dejar que los que consideramos imbéciles sean los únicos que tengan capacidad de actuación, de influir, de gestionar. NO, no, no pensemos que somos muy débiles y pequeños para poder trabajar por lo que es nuestro, es que simplemente si no lo sabemos defender, nos lo quitarán.

Bueno, es más simple, no es que sea malo lo que tenemos, es que simplemente se lo quieren quedar “los otros”. Nada va a desaparecer, si acaso va a cambiar de manos, de propiedad. ¿Quieres defender lo tuyo?