6.12.12

Diez 10 soluciones a los 10 problemas anteriores de Europa

Escribía en la anterior entrada sobre los peligrosos y tristes caminos hacia los que se dirige Europa, desde la visión personal de 10 peligros que son ya reales. ¿Hay soluciones?, pues en algunos de ellos es posible que si, y vamos a plantear algunas opciones para cada uno de ellos y en el mismo orden en que se pusieron los problemas. Efectivamente, ninguno de ellos se tomará en el corto plazo y algunos nunca. Todo es cuestión de saber hasta donde nos va a presionar la actual crisis.

Hay que redimensionar el sistema de calidad social, pero teniendo en cuenta ingresos, progresividad social. Hay que hacer una política de ingresos mucho mejor y explicarla muy bien. Los impuestos pueden ser positivos o negativos. Depende.

Europa debe volver a sus políticas de integración, de apoyo a sociedades más flojas. O somos capaces de hacer una Europa más igual, o no será posible una Europa. Se necesitan líderes que sepan ver en clave europea y no desde ópticas nacionales.

Hay que comunicar mucho más y mejor qué es un político, qué representa, qué tipo de recambio hay si no existen los políticos, de qué manera se debe acceder a la implicación social.

Hay que poner en valor algo que hoy está destrozado, la política. Hay que cambiar la manera de elegir a los representantes, hay que recurrir mucho más a los referéndum, hay que integrar más a los políticos con sus electores y tener más comunicación con ellos. Y siempre bidireccional.

Hay que modificar las grandes instituciones europeas, hacerlas más defensoras de Europa y de los europeos. Hacer bancas públicas, integrar mercados financieros europeos, integrar normas fiscales, marcar líneas rojas claras para que no existan abusos, acabar con paraísos fiscales dentro de nuestro continente, etc.

Hay que replantearse qué es el trabajo, cuanto hay que cobrar, igualar derechos y sueldos, adaptar el mercado laboral al siglo XXI, controlar mejor los mercados de consumo interno y externo, insistir en la formación de más calidad sobre todo la profesional y el I+D+i. Se debe replantear el Salario Social o la Renta Básica, primar más la excelencia y ayudar al emprendedor.

Las Clases Medias son insustituibles para un sistema social de calidad. Pero deben pagar impuestos en cantidad como para sostener mucho. Hay que explicar muy bien este punto y darles garantías y calidades de vida. Hay que insistir en que las Clases Altas en toda Europa deben soportar más todo el sistema o simplemente dejar de pertenecer a Europa. Sean empresas o personas. Los flujos de capitales, empresas, personas, conocimientos y consumos deben girar sobre la desigualdad que representa ser europeo o no serlo. Europa es calidad y hay que mantenerla y para ello debes pertenecer o no debes pertenecer a ella. Los métodos se inventan. Europa debe ser también ejemplo hacia el que quieran parecerse los países más desiguales. No una rémora de la que se huya.

Las empresas que deseen ser europeas deben tener claramente marcada la calidad que esto representa para defenderse en todos los mercados, para su seguridad jurídica, para crecer en ayudas o en formación laboral. Las empresas que no quieran ser europeas deben tener muy claro qué supone no ser una empresa europea. Efectivamente hay que modificar la libertad de mercado.

Hay que buscar líderes nuevos, ideas nuevas, escapar de todo lo que hoy se está haciendo en Europa pues no nos lleva más que al desastre social a medio plazo, a una Europa más pobre, con más pobres, con menos poder. Eso o simplemente hacer desaparecer de una vez la idea de que caminamos hacia una Europa unida y que cada uno se defienda como pueda. Mantenerse en la situación actual de un “sí pero no” es un absurdo de incapaces políticos.

Hay que defender mejor el Paneta Tierra. Consumir menos, ser más sostenibles, controlar todo tipo de trampas de los poderosos hacia el control financiero de todo el mundo, gobernar más. Hay que crecer en tamaño de gobierno de Europa. Tener una clara política exterior, de defensa, laboral, fiscal, de justicia. Hay estamos en guerra, aunque no lo detectemos con facilidad. Hay que plantear la paz o simplemente emplear todas nuestras armas para defendernos. No hay más opciones. Hoy empleamos la opción de mirar hacia otro lado como si nada sucediera. Y nuestros enemigos están encantados de conocernos. No, nuestros enemigos hoy no son otros países, es algo más complejo y globalizado. Nuestros enemigos ni tienen tanques ni piensan comprarlos. Si acaso saben como engañar a otros para que los saquen de los cuarteles y así no pagar averías ni municiones.

Qué le sucede a Europa en 10 puntos de conflicto

Europa y por ello el mundo occidental está en quiebra, arrastrando a todos los que se acercan a un modelo económico y social largamente reconocido. Si además eres la cola del león, los problemas de futuro serán todavía más serios. ¿Qué le sucede a Europa? Dividamos nuestros problemas en 10 simples ideas.

Nuestro sistema de calidad social, del llamado estado del bienestar, hay que redimensionarlo, readaptarlo. Para soportarlo hay que plantearse con claridad qué somos capaces de recaudar y qué de gastar.
Hay una clara y cada vez mayor diferencia entre países europeos. La integración social no vendrá sin una integración política muy profunda, algo que no parece dispuesta Europa a lograr en el corto medio plazo.
Hay tendencia en ampliación a que la política esté manchada de malas prácticas, de que las sociedades no crean en sus políticos, a que estos estén mezclados con los poderes escondidos para lograr solo beneficios privados.
La desafección política lleva a que los mejores no se planteen nunca entrar en la gestión política y con ello terminamos con una política de bajo coste y de baja calidad.
Los sistemas financieros, los Fondos Monetarios, los Bancos Centrales, se han convertido en el mejor de los casos en entes muy técnicos pero sin capacidad de controlar y mucho menos de legislar. Los experimentos y la globalización hacen muy complejo controlar los abusos.
Cada vez hay menos trabajo, Cada vez es necesario menos horas de trabajo para poder cubrir las necesidades productivas de los Estados. Las personas nos estamos reconvirtiendo en necesarias pero no tanto por lo que producimos como por lo que consumimos. No sabemos todavía como engranar un trabajo menor y con menores ingresos, con una necesidad mayor de consumir.
Está en declive las clases medias, por efecto de la crisis que obliga a más impuestos hacia ellas, al no saber hacerlo hacia las clases altas. Los clases obreras se están convirtiendo en intermitentes, con serios indicios de estar constantemente necesitando ayudas públicas.
Los sistemas tradicionales de poder productivo están perdiendo control e incluso necesidad social por la deslocalización y la incapacidad para poder competir en los mercados actuales.No se cuidan las PYMES y las grandes empresas escapan o empiezan a estar en manos internacionales desconocidas.
No existe un liderazgo nítido, un sistema ideológico de recambio; no hay alternativa a reconocer los problemas y además admitiendo que no hay recambios al actual sistema. Los europeos cada vez creen menos en una Europa unida, volviendo los nacionalismos territoriales de los países como manera de defender sus calidades de vida.
El desarrollo económico no parece sostenible y soportable en el mundo pero ya no tanto en Europa como desde otras zonas. Se controlan capitales, pero ya también mercados de futuro en alimentación y energía, producciones agrícolas y compras de enormes terrenos, inversiones y adquisiciones de empresas de todo el mundo, derechos internacionales de contaminar, etc. Y Europa no está liderando estos cambios de mercados. ¿Quién manda realmente hoy en nuestras empresas cotizadas en Bolsa?

Y aquí, en esta entrada, me he atrevido a dar algunas sugerencias de soluciones.