El desempleo
juvenil es un gran lastre social de imprevisibles consecuencias futuras. En
España sobre todo pues nos afecta a nosotros, pero también en diferente medida
en el resto de países en vías de desarrollo o en sociedades más tecnificadas.
Se juntan variables
complejas, de muy complicada posibilidad para ponernos de acuerdo y avanzar
según las distintas formas de entender las sociedades, pues los planteamientos
no son sencillos de asumir. No son positivos, aunque son mejores que nada,
mejores que la actual situación. ¿Debemos conformarnos con algo menos malo,
antes que seguir aguantando sin nada? Realmente es lo que se busca en el
sistema. Abaratar costos, volver a situaciones casi imposibles de asumir.
No
hay trabajo para todos. Cada vez hay menos trabajo pues crece la productividad
y no crece el consumo. Esto lo debemos asumir y adaptarnos muy poco a poco,
modificando todo el sistema global del mercado laboral en todo el mundo.
Las
personas mayores no dejan puestos de trabajo vacíos, y los obligados por
despidos a abandonar sus puestos de trabajo dejan vacíos estos, se pierden, no
se reemplazan. Sean privados o públicos.