21.11.12

En el Belen de 2012 no hay que poner ni buey ni mula

Ahora el papa Benedicto XVII, que habla en nombre de Dios a través del Espíritu Santo —¿qué lío!—, nos dice que en Belén no había ni buey ni mulo, y además la estrella famosa que llevó a los pastores era simplemente una supernova que se repite de vez en cuando en estos tiempos.

Incluso el Papa se llega a preguntar algo tan complejo como: “¿Es cierto que Jesús fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y nació de Santa María Virgen?”
Y efectivamente se responde que si. Sin duda. Que en realidad la Virgen hizo un voto de castidad y que si se casó con el bueno de José era para que la protegiera. Jodo. Aunque se contradice luego diciendo que no es así, sin explicar bien qué era pues lo que hizo casándose con José siendo que ella se mantenía virgen hasta el parto de Jesús, es decir que nunca había hecho el amor con el santo carpintero, y que Jesús si que nació pero concebido por Dios.
Sin duda José era un santo, casi el único santo. Pero puñetas, que una bendita mujer se tuviera que juntar a un carpintero para que la protegiera es de premio, no sé, es tanto como asumir que necesitaban protegerse del resto de varones, que al saberla soltera la pudieran maltratar.
Me trago que no tuviera Jesús un buey o una mula para darle calor junto a su cuna, aunque me estáis jodiendo el Belén de toda la vida, pero un consejo pequeño. Algunas cosas es mejor no intentar explicarlas por los que no saben adaptarse a los nuevos tiempos, pues lo lían mucho más y crean tanta confusión que la fe se cae a trozos. El Belén queda muy bonito con los animalicos mirando de soslayo, así que no me cambies la norma que me preocupa y me pongo a pensar.

No es posible (todavía) la paz en Oriente Próximo

La bomba de Oriente Próximo está muy caliente, con altos al fuego o no, pues se retroalimenta constantemente hasta que la realidad histórica de futuro sea otra bien distinta. Es muy duro entenderlo y decirlo, pero en las actuales circunstancias estratégicas y de reparto de territorios, la paz es imposible. Si acaso las treguas.

Realmente da igual si a Hamas le ayuda Irán con armas o con asesores, o diciéndole directa o indirecta en qué momento hay que armarla en caliente, provocando a Israel. Pequeñas pinceladas de violencia bien diseminada hacen arder los territorios, pues es insoportable para la paz la actual situación. Mientras tanto los civiles sufren sin sentido en una situación bélica absurda como todas.
Pero es imposible modificar la actual situación con la paz. Tremendo. Los débiles no tienes estado territorial, Palestina no existe, pero si existen unos cinco millones de palestinos en su tierra. Y unos vecinos muy belicosos con muchas ganas de apoderarse de Israel.
Las últimas líneas de la historia no están escritas. Irán, con 10 veces más de población que Israel, sabe que en una guerra convencional triunfaría. Israel sabe que su única defensa es una guerra en donde se emplearan todo tipo de armas, siempre y cuando Irán no las tuviera.
Les esfuerzos de Egipto por frenar violencias son básicas y lógicas, como lo son los silencios de Jordania, Siria o Arabia Saudí. Irak no existe, pero en cambo Irán si tiene ganas de modificar todo el mapa de Oriente Medio. Son las puertas de Europa y EEUU sabe que en este campo se juegan su control de África y Asia y del petróleo. Viejas historias viejas, tremendos dramas históricos imposibles de resolver, década tas década.
El único camino es intentar la paz provisional, y esperar a que en algún momento seamos capaces de resolver este tremendo y profundo problema. “Una mayor escalada sería peligrosa y desastrosa para toda la región”, ha dicho Ban Ki-moon tras reunirse con Benjamín Netanyahu, Presidente de Israel. La jefa de la diplomacia de EEUU, Hillary Clinton, ha manifestado que se trabaja para alcanzar “en los próximos días” un acuerdo de paz duradero que “refuerce la seguridad de Israel y mejore las condiciones de vida de la población de Gaza”. Son simplemente palabras, pero realmente todos saben que la paz no es posible, que si acaso, es posible parar ahora la guerra y esperar otra vez a que nadie encienda la llama.