19.11.12

Publicidad en camisón trasparente con chupito de regalo

El uso del erotismo y el sexo en la publicidad es una constante, sea suave o más explícito. El sexo o el erotismo vende y todos lo sabemos. En el cartel de la gran cafetería decían con claridad que era una noche para soñar, para ir de copas en camisón, para acudir al local, más sexys que nunca. Y que te darían un chupito afrodisiaco. Si venías en pijama o en camisón te iban a dar un regalo, era la noche del sábado, pero… ¿y a los hombres que les iban a dar?

La publicidad tiene muchos usos, los carteles a veces engañan con sus frases para vender opciones. Parecía que iba a ser una noche de ensueño por el simple hecho de llenar el local de chicas en camisón. Tal vez ayudadas por un chupito que avisaban, era afrodisíaco.
En el cartel dejaban claro con su dibujo, que además era preferible que el camisón fuera trasparente, que dejara “ver”. Eso si, tenia que ser a partir de las 12 de la noche. La hora de lo búhos.

18.11.12

Cómo funcionan los subasteros, tras un desahucio hipotecario o de avalistas?


Hablaba el otro día del grave problema que representan los subasteros profesionales para la solución de los desahucios, pues se crea un caldo de cultivo de negocios asquerosos alrededor de las viviendas que quedan desahuciadas y a la venta, por medio de subastas (casi) abiertas a todos ¿De verdad están abiertas para todos? 

Los subasteros son personas que por libre o por medio de encargos de entidades diversas, acuden a la subastas públicas, las controlan con su oficio, se las reparten, y logran bajar los precios de lo subastado sin salirse de la ley (o casi) para beneficios de unos pocos. 

Incluso los subasteros más conocidos figuran en las agendas de abogados de cierto renombre (o de casi todos) pues se puede acudir a ellos para recuperar una vivienda que se ha perdido en un desahucio hipotecario, de avales, de créditos fallidos, sobre todo si son de empresas. Efectivamente hay dificultades para poner al mismo nombre de propietario que antes, al mismo inmueble. Pero eso es lo de menos. 

Los subasteros acuden en nombre propio, a través de personas interpuestas, comprando sin poner a su nombre inmuebles, haciendo ofertas o dejando de hacer pujas, hasta lograr que una vivienda determinada sea adjudicada cuando ellos quieren y al precio que creen lógico. 

Son grupos perfectamente conocidos, que entre ellos se respetan mucho, que hablan sobre qué activos hay que dejar morir, no pujar para que se suspenda la subasta y se ofrezca en otro momento a un precio inferior o por el contrario, pujando solo una persona sin que sus compañeros pujen, para así quedárselo quien tiene el encargo de comprarlo, pero sin que el precio se vea subastado, sino acordado por todos. Hoy por mi, mañana por ti. 

Se me dirá que las subastas son libres, que puede acudir cualquier persona a comprar y pujar, que si estos apaños se producen es por que no acuden personas libres. 

Sí, es cierto, pero ellos están organizados, y no admiten personas que por libre acudan a comprar. Faltaría más. Inténtalo y verás. 

Si acudes a una subasta por libre, comprarás al precio que decidan los subasteros, te dejarán y provocarán que el precio del inmueble suba hasta las nubes, ellos no tienen nada que perder excepto evitar que entres en su negocio. 

Si intentas comprar algo sin haberlo hablado antes con “alguien”… lo normal es que te salga mucho más caro que si lo hubieras “negociado”. 

Como normal y a primera vista, es que parezca que entre ellos se odien, que no se conocen entre ellos, que las pujas parezcan “normales”, que las hipotecas queden desiertas excepto los chollos, que se conozcan perfectamente todo el sistema. Al fin y al cabo, es su negocio.