30.10.12

Cómo funcionará el Banco Malo, ayudando a los Bancos Enfermos

Ya tenemos datos teóricos del Banco Malo, ese nuevo banco que nace podrido para lograr más beneficio a los que quieran jugar dentro de él. Veamos algunos apuntes para ver si es negocio y por donde esperan sacar dinericos, los especuladores de siempre.

 Los primeros datos apuntan a que de media adquirirá activos inmobiliarios con un descuento del 63%. Será de un 54% para obra nueva sin vender y un 80% para el suelo. Y además apunta que en el horizonte de 15 años esperan obtener una rentabilidad de un 15% con estos activos que compran a medio precio. El Banco Malo se llenará de suelo y pisos que no quieren tener los Bancos Enfermos.
Veamos algunas consideraciones.
Llevarse activos inmobiliarios de unos Bancos Enfermos a un Banco Malo, al precio del 63% supone que los Bancos Enfermos tengan que provisionar unas pérdidas de un 37%.
Pensar que se puede sacar unos beneficios del 15% de esos activos inmobiliarios quiere decir que se tendrán que vender al 78% del precio actual. Solo una rebaja del 22%, muy poco para que se puedan vender, excepto que se espere que la inflación de esos 10/15 años conviertan los precios en más bajos, por efecto de esta.
Nadie habla de que debe bajar el precio de la vivienda de manera rápida para reactivar el mercado, pero curiosamente a los bancos les tendremos que cubrir el agujero entre todos los ciudadanos, desde es 100% que tienen apuntado en sus contabilidades al 63% medio, con un rescate que pagaremos, que ya estamos pagando. Y tienen el coraje de plantear que con estos cambios hacia el Banco Malo, algunos ganen de entrada un 15%, si son capaces de creer en el negocio de este planteamiento de Banco Malo y entrar como accionistas a jugar con lo que han perdido los Bancos Enfermos. Jope.
Si este Banco malo está formado por las mismas empresas o accionistas que ahora tienen los Bancos Enfermos, se encontrarán con las ayudas de todos nosotros para cubrir sus agujeros y además un 15% de beneficio por vender la basura que le cubrimos todos con el rescate.
Con dinero público, de todos, cubrimos sus trampas, pero no nos hacemos dueños de nada. Solo las ponemos, pero sin que la vivienda comprada sea púbica para poderse vender o alquilar a precios bonificados para las personas que tienen que pagar las trampas de los Bancos Enfermos, con dinero de impuestos. Joder que listos son algunos.

Nunca pidas un nuevo crédito para pagar un viejo crédito

Siempre he tenido un pequeño lema muy presente a la hora de intentar tomar decisiones que ayudaran a salvar una empresa o una situación familiar complicada en lo económico. 

“Nunca pidas un nuevo crédito para pagar un viejo crédito”
No es lo mismo, ni mucho menos, intentar la refinanciación de un crédito a medio pagar, que solicitar un nuevo crédito para pagar lo que reste del antiguo. Y vamos a explicar las diferencias, que parecen mínimas pero que en realidad no lo son.
Refinanciar un crédito supone sentarse en una mesa las dos partes, banco (generalmente) y responsables de la deuda, y buscar la manera de hacer digerible y más segura a ambas partes la resolución de la deuda. Se suelen buscar periodos más largos de amortización, incluso periodos de cadencia que nos permitan unos meses de respiro en la cuotas mensuales, y también (y sobre todo) condonación de gastos de demora que a veces son brutales. Para ello a veces se solicitan nuevos avales que se pueden gestionar con el banco en el punto que seguro será el más conflictivo. Pero en una refinanciación NUNCA se aumenta la cantidad de la deuda, los bancos ya saben que si hay dificultad para pagar lo que se debe, hay que buscar fórmulas para hacerla digerible sin aumentar las cuotas mensuales.
Es fundamental que no aumente la cantidad que se debe. Si con la actual deuda no hemos sido capaces de pagar las cuotas mensuales, menos lo seremos con una deuda mayor y unas cuotas mayores.
Pedir un nuevo crédito parte de la suma de la cantidad de amortización y (casi siempre) una cantidad añadida para intentar hacer de nuevo viable el negocio o para tener un colchón para momentos de crisis o dinero nuevo para poder gastar lo que se lleva unos meses sin poder consumir por efectos de los impagos o de las cuotas que asfixian. La entidad financiera que entrega el nuevo crédito parte de una posición de más fuerza, acudes a él para solicitar un crédito y sabe perfectamente que parte es para pagar lo que ya ahora NO PUEDES pagar. Se empieza estudiando que un nuevo crédito nos ayude a pagar lo que nos asfixia, pero lo habitual es que poco a poco sintamos la necesidad de aumentar la cantidad solicitada, lo que es un error si no va acompañada de un estudio muy serio de cambios.
Por que básicamente hay que asumir que si NO HAS PODIDO pagar un crédito, se debe a una errónea gestión que hay que modificar. Normalmente no es por un momento puntual, una tensión en la tesorería, una crisis momentánea. Se requieren cambios y modificaciones y el banco te los va a solicitar. El nuevo Plan de Empresa lo tendrás que engañar para que cuadre. Y simplemente te estarás engañando tú.
La solución pasa por estudiar los motivos reales que te han llevado a esta situación y saber con seriedad si eres capaz de revertir los errores muchas veces inevitables. Si hay dudas lo mejor es apagar la luz. Si hay certezas lo mejor es refinanciar con seriedad, pero teniendo siempre un Plan B, un colchón de seguridad. Si algo nos lleva a una situación muy complicada, hay que pensar que igual es posible que se pueda complicar aun más, incluso con más dinero si este no se está gestionando bien.
Busca ayudas familiares entre tu red de amistades. Solicita microcréditos que te ayuden en momentos puntuales a familia y amigos, nunca caigas en las garras de empresas de créditos rápidos, que son usureros y muy peligrosos. Intenta por todos los medios aumentar tus ingresos aunque sea con cantidades mínima. Y si es necesario vende incluso a pérdidas, para poder amortizar. Si al final te embargan, perderás todo, también lo que en su momento no has querido vender a un precio bajo.