20.9.12

Rajoy juega con Cataluña a restarle importancia

Artur Mas se ha ido cabreado de Madrid, tras cerrar Rajoy de un portazo suave —como le gusta a él dar los portazos— la posibilidad de estudiar el problema catalán, simplemente por que Rajoy piensa que no es un problema importante más que para los catalanes.

No se ha enterado bien del asunto, pues sigue pensando que un problema sin resolver tiende a resolverse solo.
Decía el otro día el incombustible José Ángel Biel, hoy Presidente de las Cortes de Aragón la célebre frase: “El tiempo y yo, contra tres” adoptando la filosofía de Rajoy, pues nada saber hacer mejor el líder del PAR en Aragón que convertirse al color de los partidos con los que gobierna como si de camaleón se tratar.
Esta vez Cataluña no tiene un problema diferente ni más portente al que el que tenía hace 3 o 15 años, simplemente es que todo tiene su recorrido y va llegando a su final. Sobre todo si el encargado de poner la meta juega a no ir alejándola según pasan los años, sino al contrario, clavarla en un lugar fijo y esperar a que pasen los corredores por ella. Es una manera de que acabe la carrera, pero si se trata de que no gane nadie, es mal sistema, pues alguien ganará y lo que parece peor, alguien perderá.
No hay que darla a Cataluña todo lo que pide, sobre todo por que pide mucho y muchas veces. Pero si que hay que hacer un gran trabajo de responsabilidad política, entender y respetar a los catalanes, y si por obligación hay que dar portazos es mucho mejor darlos con sonido contundente pero abriendo las ventanas, que darlo con sordina y no dejar que nadie se asome por el ventanuco.
Y sobre todo no alentar a que la Casa Real se meta en camisa de once varas, para no incendiar más que apagar un problema que se le complica a Rajoy y a España. No tenemos fuerzas para que nos vaya creciendo la hierba más rápido de lo que somos capaces de segar.

19.9.12

La Casa Real se equivoca acertando con su carta web

La Casa Real se equivoca acertando. No debería nunca haber entrado en la publicación de cartas en su Web señalando con el dedo errores y tomando partido aunque sea por un asunto tan importante para su figura como la posible o imposible “Unidad de España”, por muy claros que estos sean. Efectivamente la gran duda es delimitar para qué tenemos la institución de la Monarquía, pero es que la Constitución lo deja casi claro y entrar en estos asuntos es complejo de entender por todos. Por una parte se le prohíbe entrar en política partidista, pero por otra se le pone de garante en la unidad de España.
La realidad de que es un error me da la razón al leer las reacciones. A la inmensa mayoría de españoles les parece muy bien que el Rey entre en estos temas y plantee sus dudas y opiniones,  que incida sobre la unidad de España de forma casi directa, empleando palabras que los que tienen que entender, entienden perfectamente. Pero esa inmensidad deja (muy) fuera precisamente a los que opinan diferente a él, y esto no es bueno (insisto hasta cansarme) pues cuanta más acción, más reacción. Nada ayuda más a los que ya quieren la independencia que estas palabras del Rey.
Emplear la web para mandar mensajes, opiniones, puntos de vista, para comunicar con todos los españoles me parece en cambio un acierto, que los gobiernos nacionales no saben hacer por incompetentes. Son tiempos de hablar, de decir, comunicar, intercambiar, escuchar, de ponerse a trabajar por lo que todos sabemos que está mal y que hay que modificar más pronto que tarde. Sin imposiciones, pero sí con muchas horas de trabajo.