12.9.12

Cuantos catalanes quieren la independencia de España?

Ya nos han informado de cuantos catalanes quieren la independencia, cifra que nada tiene que ver con las personas que han acudido a la Diada. Es un sondeo realizado por El Periódico de Cataluña, con datos creo que aumentados por los errores que desde Madrid se hacen en los últimos tiempos hacia una Cataluña con gran sentimiento de defensa identitaria y sobre todo moral y social. Pero veamos los datos.
Un 34,1% de los catalanes quieren la independencia como mejor modelo de relación con España a fecha de 2012. Una cifra muy alta que debe hacernos reflexionar a todos. Pero es interesante conocer también estos datos según al partido político que dicen votar, para tener una imagen más cercana hacia los caminos que al final vamos a tener en este asunto importante para el futuro y al trabajo que cada partido político tiene en la búsqueda de soluciones o caminos alternativos de todo tipo.
Como es lógico solo un 1,5% de los votantes del PP optan por la independencia. Son los llamados “perdidos mentalmente”.
Un 47,3% de los votantes de CIU optan por elegir la independencia y un 31,8% por un Estado Federal.
Un 76,7% de los votantes de ERC prefieren la independencia y un 18% se conformarían con una Cataluña Federal dentro de España.
Un 21,5% de los votantes de PSC optan por la independencia, aunque la mayoría, hasta un 39,5% prefieren una situación como la actual, con comunidades autónomas y un 27,3% por un Estado Federal.
Los de ICV se parecen bastante al PSC, con un 26% de independientes, un 37% de Federales y un 30,6% que desean quedarse como están.
Entre la suma y mezcla de los votantes del resto de partidos la situación es muy similar a la de los votantes de CIU, con un 46,2% deseando la independencia, pero es una mezcla muy complicada de analizar.
Estas cifran cambian a la hora de responder sobre las alternativas a un posible referéndum sobre la independencia. Aquí aumentan los votos favorables hasta un 46,4% a favor de la independencia, un 22% en contra y un 25,7% que se abstendrían con tendencia a votar que no. Una Cataluña pues perfectamente dividida.
Pero con un 93,2% de lo votantes de ERC a favor, junto a un 64,7% de los votantes de CIU. Más votantes a favor del SI entre los de ICV que serían un 44,6% que los del PSC que lo harían en un 32,1%.
Al final el termómetro entrega un pesimismo catalán hacia su futuro, algo que hay que valorar como dato importante a tener en cuenta, pues esto no es una labor política en el corto plazo. Un 31,3% piensa que alguna vez Cataluña conseguirá la independencia de España, mientras que un 59,1% piensa que no será independiente.

Hay que entender a los catalanes, para evitar las heridas

No entender a los catalanes nos lleva a situaciones como esta, con una puerta abierta a un abismo del que desconocemos su profundidad. Pero hablo de no entender a los catalanes desde la posición de los españoles, no desde los políticos, que también. No entender lo que es un sentimiento, algo muy distinto a no entender lo que es tener razón o deseos, lo que es incluso estar equivocado pero estarlo masivamente.

Para movilizar a entre dos millones y seiscientas mil personas, para los que sabemos lo que cuesta movilizar a mil personas, sabemos que solo se logra si es cuestión de sentimientos profundos, de que la sociedad entienda que ahora sí, que es esto o no será nada. ¿Quienes son responsables de que este sentimiento se haya apoderado de la forma de ser de los catalanes?

No me importa tanto Cataluña como nación, como me importa lo que desean ahora mismo millones de catalanes para Cataluña, que aunque parezca lo mismo, no lo es. Cataluña tienes razones. Los catalanes tienes sentimientos.

Las razones se pueden negociar, acordar, intercambiar, posponer.

Los sentimientos no conocen razones, no saben de apaños, de prebendas, de negociaciones de mesa.
En estos momentos a los catalanes les importa poco si salen ganando o perdiendo, y digo bien, incluso a los catalanes. Ahora lo que les importa es ganar o vencer, no les importa casi nada salir ganando o perdiendo. Y esto es incluso peligroso.

Las cosas se han hecho mal desde hace muchos años, pero ayer mismo Rajoy se empeñaba en seguir haciéndolas mal. Es cuestión de no aprender nunca de las empatías sociales, de las necesarias inteligencias emocionales a la hora de entender a las sociedades. Incluso teniendo razón, se puede perder esta, si no se sabe administrar con corrección, pues también los contrarios puede reaccionar con sus razones.  

Se ha abierto una puerta que o cerramos entre todos o no se cerrará. Quien piense que no tiene importancia no entiende a la historia. Quien piense que la deben cerrar "ellos" volverá a equivocarse.