25.8.12

Vuelve lo vintage, lo mío, lo tuyo, lo retro, la calidad de lo viejo. Ya veremos.

Está de moda lo “vintage”, lo antiguo pero sin pasarse, lo de nuestros padres (o lo de nuestra juventud, depende de la edad), lo que estamos creyendo que era mejor y más guapo. Pero eso si, sin dejar el móvil en una mano y el iPad en la otra. Sin olvidarnos de contar todo en Facebook o Twitter no vaya a olvidársenos quienes creemos que somos.
Diríamos que “vintage” sería como “lo retro”, lo clasicote, lo de los años 60/70 e incluso 80. Qué maravilla los 80 ¿verdad?
Pero algo de verdad si que se esconde detrás de esta nueva moda. El gusto por la exclusividad y no que ahora vistes igual en Barcelona, en NY o en Shangai, pues todos compramos en Zara o en Mango, en tiendas iguales con productos fabricados en las mismas tiendas chinas. El deseo de que las cosas duren más y se les coja “cariño”. La sensación de exclusividad y de lo importante en lo que se posee. Que aquello “vintage” estaba mejor hecho y acabado, con independencia de la moda. Que los materiales hoy vuelvan a ser importantes en todo producto.
Es decir, recuperar parte de lo perdido, en un camino en el que creíamos que estábamos conquistando todo. Y no alcanzábamos nada, todo era falso.
No hay que volver a los pantalones de campaña, aunque algunos pantalones de pitillo estaban muy bien. La minifalda depende más del gusto en llevarlo de la señora que de lo delgadísimas que estén sus piernas. Los complementos son importantes y además de originales deben ser personales. Hay que volver a ser feliz por que sí. Puñetas, que ser feliz es mucho mejor que ser un muermo. Y usar iPad, Samsung o compresas con alitas para volar en busca de tu libertad, pero siéntete a gusto con lo que lleves, que a veces no es tan caro; y no caigas en la compra “toda igual” pensando que no hay alternativas.
¿Qué tal el papel pintado bien elegido en una sola pared? ¿qué tal una copa de buen zurracapote con unas tapas de las que se hacen hoy? ¿y un bocadillo de calamares con salsa brava, mientras tomas una cerveza de malta?
Efectivamente, se trata de recuperar lo bueno de ayer y mezclarlo con lo bueno de hoy. Yo también quiero recuperar los años 70, si, correr delante de los grises y reírme por que no me pillan.
Pero…, no sé…, igual me canso y ahora me cogen y me ahostian por ayer y por hoy. Si, soy como un colchón viejo al que le sobran polvos y le faltan muelles que no se le hundan en la espalda.
Pero me encanta ser viejo, qué puñetas.

Nueva Ley de Alquiler. Verdades, dudas y mentiras

El gobierno ha intentado con la nueva ley de alquiler de viviendas modificar y acelerar el desahucio de los inquilinos que no paguen la mensualidad. Pero todo es falso, pues legislar cambiando un texto como única medida, es muy poco.

Lo primero que hay que informar es que los juzgados no tienen más medios para decidir con rapidez ante temas de este tipo y menos con la urgencia de 11 días. Y sin tomada y firmada la decisión por un juez, no sirven de nada unos procedimientos que cambian aspectos muy puntuales pero no la totalidad del sistema. Es cierto que es un Proyecto de Ley y que puede modificarse, pero de momento la situación no es como se dice. El día número 11 tras no pagar el alquiler, todo seguirá igual para los inquilinos y los propietarios de la vivienda.

Con la nueva ley, cuando un inquilino deje de pagar una mensualidad, el casero tendrá que reunir pruebas de ello (una transferencia no realizada, por ejemplo) y tendrá que poner una demanda ante un juez, de la mano de un abogado y un procurador. Igual que hasta ahora.

"Pueden pasar tres o cuatro meses hasta que el juez admite a trámite esa demanda", un periodo en el que la ley no está acortando los plazos, pues sabe que es imposible si no crecen en medios y en inversión. A partir de ese momento, el inquilino tendrá 10 días —en lugar de un mes— para intentar demostrar que sí ha pagado; bien abonando el mes adeudado (esto cambia pero dependerá de lo que finalmente dicte el juez en cada caso), o bien no contestando a la demanda. "El silencio es la respuesta en el 99% de los casos", afirma Antonio Carroza Consejero de “Alquiler Seguros”, añadiendo que… "pueden pasar tres o cuatro meses hasta que el juez admite a trámite esa demanda".

Pasados los días de plazo legal entre las partes, si el inquilino no paga o no contesta, el juez procederá a emitir una sentencia de desahucio, como hasta ahora. A continuación, el juzgado suele tardar otros quince días en fijar la fecha del lanzamiento o desalojo de la vivienda, que hasta ahora y por motivos de capacidad judicial "nunca es menor a cuatro meses después y que en los juzgados más saturados puede llegar a un año".