25.8.12

Nueva Ley de Alquiler. Verdades, dudas y mentiras

El gobierno ha intentado con la nueva ley de alquiler de viviendas modificar y acelerar el desahucio de los inquilinos que no paguen la mensualidad. Pero todo es falso, pues legislar cambiando un texto como única medida, es muy poco.

Lo primero que hay que informar es que los juzgados no tienen más medios para decidir con rapidez ante temas de este tipo y menos con la urgencia de 11 días. Y sin tomada y firmada la decisión por un juez, no sirven de nada unos procedimientos que cambian aspectos muy puntuales pero no la totalidad del sistema. Es cierto que es un Proyecto de Ley y que puede modificarse, pero de momento la situación no es como se dice. El día número 11 tras no pagar el alquiler, todo seguirá igual para los inquilinos y los propietarios de la vivienda.

Con la nueva ley, cuando un inquilino deje de pagar una mensualidad, el casero tendrá que reunir pruebas de ello (una transferencia no realizada, por ejemplo) y tendrá que poner una demanda ante un juez, de la mano de un abogado y un procurador. Igual que hasta ahora.

"Pueden pasar tres o cuatro meses hasta que el juez admite a trámite esa demanda", un periodo en el que la ley no está acortando los plazos, pues sabe que es imposible si no crecen en medios y en inversión. A partir de ese momento, el inquilino tendrá 10 días —en lugar de un mes— para intentar demostrar que sí ha pagado; bien abonando el mes adeudado (esto cambia pero dependerá de lo que finalmente dicte el juez en cada caso), o bien no contestando a la demanda. "El silencio es la respuesta en el 99% de los casos", afirma Antonio Carroza Consejero de “Alquiler Seguros”, añadiendo que… "pueden pasar tres o cuatro meses hasta que el juez admite a trámite esa demanda".

Pasados los días de plazo legal entre las partes, si el inquilino no paga o no contesta, el juez procederá a emitir una sentencia de desahucio, como hasta ahora. A continuación, el juzgado suele tardar otros quince días en fijar la fecha del lanzamiento o desalojo de la vivienda, que hasta ahora y por motivos de capacidad judicial "nunca es menor a cuatro meses después y que en los juzgados más saturados puede llegar a un año".

24.8.12

El Ministro Wert quiere colegios separados por sexos. NIñas ricas en una clase, niñas pobres en la otra

El Ministro de Educación español, José Ignacio Wert, ha sido claro y contundente con arreglo a su pensamiento. Él aseguro que no es discriminatorio que los niños estén separados de las niñas en los colegios. Pero va más allá de su propio pensamiento. Asegura que es lógico que sigamos subvencionando con dinero público los colegios que se saltan las normas básicas españolas de convivencia, en donde los hombres y las mujeres, las mujeres y los hombres, son iguales y tienen los mismos derechos y obligaciones.
Si abrimos otra vez este tema, como sucedió en viejos años, el retroceso sería brutal. Diferentes temáticas, asignaturas distintas, profesores seleccionados según el sexo de los niños. Pero si seguimos rascando más, por que no, también diferente color en las paredes, exigencia escolar según sexo, sección femenina, corte y confección, clases de electricidad, fútbol o gimnasia rítmica. Jodo.
Dicen que las chicas tienen un cerebro diferente y su crecimiento escolar es distinto. Jodo otra vez. Sin entrar a valorar este dato, también la chicas de media son más bajas, tienen pechos, corren menos, llevan (insisto, de media) el pelo más largo y no se tienen que afeitar. ¿Y qué?
Los ritmos de aprendizaje dependen en mayor medida y diferenciación según se ha demostrado (a veces con tristeza) del tipo familiar y cultural que envuelve a esos niños, de motivos personales de complicada solución, de la personalidad del niño, de la educación recibida en su familia con anterioridad a llegar al colegio o al concepto de esfuerzo y la formación que impera en cada familia.
Está demostrado estadísticamente, que en los hogares en donde hay biblioteca familiar los niños y niñas obtienen mejores notas. En las familias en donde se lee, se habla y discute de temas variados, se asisten (de vez en cuando) a eventos culturales, las niñas y niños tienen mejor carrera escolar.
¿Diferenciamos pues escuelas y clases públicas y concertadas según el número de libros que hay en cada hogar? ¿lo hacemos según las veces al año que acuden cada familia al cine, al museo o a comprar libros o periódicos?
Efectivamente, es mucho más sencillo diferenciar por sexos, que se nota a simple vista, que por otro sistema. Pero seamos sinceros. Lo que se busca es otra cosa que ya habéis detectado.
Lo que quieres es crear colegios públicos y concertados con clases para niños ricos y clases para niños pobres. Esa es la gran separación que algunos brutos mentales quieren para sus hijos. Los niños pobres huelen a bocadillo de salchichón y eso les molesta.