20.6.12

Somos consumidores de anuncios para las cadenas de televisión

Las cadenas de televisión son “muuuu” listas, tanto que ya saben muy bien qué tipo de personas ven su cadena en cada momento y con arreglo a este dato cambian, programan, reprograman o inventan.
Si una cadena sabe que la mayoría de sus clientes son señoras de edad avanzada, cuando quieren competir directamente contra un programa de otra cadena recurren a lo básico. Cambian lo programado por un nuevo programa que vaya dirigido a las señoras de edad avanzada.
Lo malo es que si tú no eres de ese segmento social, te están haciendo un flaco favor, lo que nos lleva a todos nosotros a intuir como televidentes tanta información de la cadena como ellos tienen de nosotros. Para elegir el seguimiento “normal” de una cadena, deberemos elegir una que sea vista por gente como nosotros, para que los cambios y juegos que hagan sean más positivos para nuestros deseos.
Todos tenemos una cadena “de cabecera”, la que ponemos nada más darle al mando a distancia. Ellos lo saben y juegan con esa posibilidad que es la que produce “clientes fijos”.
Se segmenta por sexo, edad, ocupación, segmentación social e incluso estudios realizados. Si nosotros somos clientes de las cadenas, en realidad nos estamos equivocando pues somos simplemente consumidores de anuncios. Importamos como número pues saben que es una parte del número total el que hace caso a los anuncios o lo que venden a los anunciantes como arte de venta.

19.6.12

LLueve y logro empaparme con sensaciones húmedas

Llueve. Otra vez llueve y disfruto con su sonido. En mi ciudad llueve poco y busco su fresco en la cara, su sensación húmeda, su regalo.

El olor a ciudad mojada no es el mismo, pero produce charcos, salpica más, las gotas al romper forman burbujas, no hay barro.

Miro desde mi ventana como cae y me parecen las gotas más lentas hasta que las veo desaparecer, son gordas, gruesas y llenas, son grises o son claras, no lo sé. Son muchas y no cejan de procurar su final.

¿Dónde estaban antes de caer? El cielo es gris, suena a tormenta de verano, huele a día apagado, a tiempo vacío de hacer.

Me quedo mirando el agua, pues ya se sabe, si llueve no se puede hacer otra cosas que esperar.