3.5.12

Miedo a emprender, al futuro ¿para qué sirve?

Hablaba esta tarde con otro conocido desempleado más joven que el de la mañana pues no llegaba a los 40 años de edad y le conminaba a que explorara la opción del autoempleo. La respuesta ha sido similar a la del amigo de la mañana. Es muy complicado eso. 

No, no es muy complicado, lo que sí es cierto es que nos lo han hecho ver muy complicado, que es bien distinto. Convertirse en autónomo o en pequeño empresario no es una actividad muy compleja, en la misma medida que tampoco es una actividad que se pueda tomar sin análisis previos y sinceros sobre su viabilidad y nuestras personales capacidades para intentar unas u otras actividades. 

Me comentaba el contertulio de la tarde que había pensado montar un bar, una verdulería, una tienda de objetos de regalos o una papelería. Yo lo he dicho con sinceridad suave, que iba por mal camino. No es posible pensar en actividades tan diversas sin que desde fuera se vea un análisis erróneo en sus posibilidades. O se es bueno para hacer rentable un bar o para una verdulería o para un trabajo tan diferente como una papelería. 

Pero no tener claro qué es lo más idóneo para el “yo” que piensa en su futuro, pero que en realidad simplemente se ve en sus bolsillos con un capital tras el despido y que no sabe asimilar bien, indica que no se sirve para ninguna de estas actividades. Los errores en las inversiones mal planificadas nos llevan al miedo, a pensar que es muy complicado intentarlo. Lo que es complicado es intentarlo sin haber realizado antes los pasos correctos, los análisis sinceros, el conocimiento de nuestras capacidades. 

Hemos terminado la charla convencidos ambos de que debe mejorar en España el ambiente laboral por sí mismo, pues hay pocas posibilidades de hacerlo mejorar a golpe de actuación personal para crear y emprender. Snif.

2.5.12

Si no hay empleo, debemos crear nosotros el autoempleo

Hablaba hoy en una reunión con una persona desempleado mayor de 50 años, sobre las diferencias que hay entre presentar el currículo en mano o mandarlo por email. Dos métodos bien distintos, con objetivos diferentes para que los entrega pero que en la práctica son muy parecidos en cuanto a eficacia.

Es cierto que al entregarlos en mano, si somos bien atendidos, nos permite explicar algo más nuestra posición, nuestra experiencia en el sector y se sale como más atendido y con la autoestima más alta. Pero lo cierto es que la situación actual es de total apatía en el mercado laboral y así es muy complicado lograr éxito.

Si el currículo lo entregamos a puerta fría, es decir sin que exista una demanda clara por parte de la empresa, los resultados serán siempre flojos y los mismos empleemos la entrega en mano o por email. Otra situación bien diferente es que sea una entrega por demanda en donde además debamos explicar si nos dejan alguna característica no bien representada en el currículo, por defecto o exceso.

Pero en todos los casos hay que tener en cuanta algo básico. Y no es por defraudar posibilidades, pues alguien las alcanza. Entre todos los procesos de selección, hoy, hay un exceso de candidatos.; tantos que se tiene que emplear algún método de filtrado ajeno al del seleccionador profesional. Y que al final de todo proceso, solo el mejor de los 100, 200 o 2.500 candidatos será el contratado.

Sin decaer, hay que ir buscando otras posibilidades laborales, siendo el autoempleo, la nueva microempresa, las cooperativas, una alternativa muy válida. Si no se genera empleo por parte de las empresa, tal vez sea la hora de generar nuestras propias microempresas que nos generen el empleo que necesitamos.