28.3.12

Yo haré huelga mañana; ya lo siento, por los motivos

Yo mañana haré huelga; respetando totalmente a quien no la haga y deseando que ellos me respetan a mí por hacerla. Mi postura personal es muy sencilla pues no dependo de ninguna empresa, pero hacer huelga es algo más que no acudir a trabajar, es también no consumir, no acudir a bares o supermercados a comprar, es no ir al cine y no emplear el coche, es no ver más televisión que el resto de los días sino bastante menos, es no emplear internet ni ir al banco a realizar gestiones. 

Hacer huelga es pasear, hablar con la familia, leer un libro, ponerte la radio, descansar o escribir. Es darnos cuenta que estamos perdiendo derechos y muy pocos están defendiendo a los trabajadores de estos abusos legales. Es pensar que tal vez no sirva para mucho, pero que tiene toda la razón de ser, pues el recorte es brutal en nuestros derechos como trabajadores. No hemos propiciado la crisis, no la estamos alimentando, pero en cambio estamos siendo los que la pagamos con más dolor, con menos derechos, con menos trabajo y futuro.

Pero debo dar palo a todos y ahora les toca el turno a los sindicatos. De los empresarios no hablo pues no son mas que especuladores con menos formación de la necesaria para poseer el poder de la riqueza empresarial en una España que necesita buenos empresarios y no malos jetas buscando el beneficio fácil.

No he escuchado a los sindicatos ofrecer alternativas a un mercado laboral español obsoleto e inmoralmente débil. Ni ahora ni en los últimos 15 años. Cada vez que estornuda la economía en España, el desempleo afecta a un número terriblemente excesivo de españoles. Ahora y en todas las demás crisis, grandes o pequeñas, que han afectado a la economía mundial y en concreto a la española. ¿De verdad no somos capaces de plantear alternativas económicas, laborales, de gestión, de crítica, que no sean fotografiar una realidad que vemos todos?

Saber que nos afecta la crisis más que a ningún otro país europeo y que algunas medidas son brutalmente ineficaces y absurdas lo vemos todos. Bueno, vale, menos el gobierno actual. Pero no hay otra alternativa donde fijarse y comparar. La realidad laboral no podía seguir como estaba, era ilógico soportar un desempleo constante que a quien beneficia es a los empresarios pues pueden jugar a mover los salarios y la condiciones a su antojo. Pero los representantes de los trabajadores no han ofrecido alternativas teóricas sobre otros caminos. Soluciones o planteamientos que no fueran de libro del siglo XIX ó XX. Teorías económicas y laborales del siglo XXI. Todos somos responsables de haber llegado hasta aquí en estas condiciones, también nosotros los trabajadores por no participar más y por haber dejado que senos engañara tras unas décadas de cierta bonanza en el empleo. Si no se siembra, no se puede cosechar.

Aprender inglés es obligatorio para estar en este siglo XXI

Que Rajoy admita ante Obama que no sabe hablar inglés es la lógica de la formación y educación española de las décadas 60, 70 y 80. Un gran error que vamos pagando a costa de malas relaciones sobre todo económicas con el mundo que ordena y organiza. Vamos mejorando pero a regañadientes y mal. Todavía hay muchos alumnos que terminan sus estudios con un mal inglés, sobre todo hablado y escrito. Nos falta todavía mejorar en el intento de normalizar con nuestra relación con el inglés, pues hoy es imprescindible para defenderse ante la gran inmensidad de internet y su realidad formativa y de negocio.

Rajoy debería haber estudiado un aceptable inglés en sus largos años de político sabiendo que su trabajo era e iba a ser más en el futuro, el tener que negociar y defender sus ideas en mercados en donde el inglés es imprescindible. Más cuando además hemos abandonado los mercados iberoamericanos —o nos han abandonado ellos— y debemos estar muy presentes en todos los mercados.

Tras la crisis, los trabajadores que aspiren a puestos de trabajo de calidad y responsabilidad intermedia tendrán que saber inglés por obligación o no lograrán encontrar empleo. Y saber inglés no es tan solo poder defenderse leyendo textos, que ya es algo, es sobre todo saber hablar y escuchar en inglés y a ser posible poder defenderte bien escribiendo en inglés aunque sea con la ayuda de correctores de ortografía. 

Aprender perfectamente inglés es una necesidad tan lógica como lo es saber informática, hablar en público, saber defenderse ante una situación básica en economía doméstica o conducir un coche. Estamos en un siglo que nos obliga a tener una formación determinada.