27.3.12

Capazos virados en sepia. Andalucía y contrarreformas

 Me corrompo —un poco más— cuando leo decisiones políticas de algunos gestores que en estos momentos tan complicados, ni nos van ni nos vienen. Me da igual el color del partido o el tipo de gestión realizada o intentada. La gente de la calle solicita de rodilla que se le resuelvan SUS problemas, no que se intente resolver un asunto de menor nivel que ni nos va ni nos viene para seguir conservando el estado del bienestar. Los políticos deben estar para saber detectar qué necesita la gente de la calle, qué es lo urgente, lo importante y lo necesario en cada momento.

 Por fin se está reconociendo que el aumento del desempleo no es culpa de Zapatero. Lo malo es que ahora no estamos diciendo que es culpa de Rajoy sino de la crisis. Zapatero no supo rodearse de buenos gladiadores de la política de crisis y eso es su gran pasivo político. La culpa era de Zapatero por ser el que tenía la obligación de elegir a los mejores, a los posibles, a los capaces. De momento a Mariano le va a suceder algo parecido, como no le salgan bien las reformas brutales que ha puesto en marcha. Eso de que los empresarios salgan ahora riéndose en todas las entrevistas me mosquea y molesta un riñón. A ellos salir riéndose les debe agradar, señal de que no están perdiendo tanto como dicen.

Tiendecitas de compra venta de oro, repartidas por los barrios

Las tiendas pequeñitas que ahora se dedican a comprar oro a familias con serias dificultades han proliferado como setas, más que casi los bares regentados por familias chinas. Se van en todos los barrios, ya no solo en los centros de las grandes ciudades. Y además han vuelto a poner de moda al hombre anuncio en las grandes urbes, que con petos fosforitos nos intentan comprar o vender todo el oro que brilla por nuestros hogares.

Compran oro sobre todo pero también papeletas de empeño, esa nueva necesidad cuando las economías se hunden. Es fácil prever que con la misma gracia con la que han nacido, un día desaparecerán, pero mientras tanto se dedican a llenar de carteles amarillos algunas fachadas de locales, para llamar la atención del necesitado. ¿dónde está el beneficio?, pues en el trapicheo, en el comprar y vender rápido —o no— basándose como los bancos en la diferencia ente lo que se paga por tener oro o dinero y vender ese oro o dinero a otros, sean personas o mercados.