12.2.12

Escribe cartas aunque no te las lean. Siempre estarás tú

¿Cuánto hace que no escribes una carta? , no, un email no siempre sirve. Hablo de una carta de verdad, aunque no sea en papel. Una carta con fecha, encabezado, cuerpo de texto con sus divagaciones e historias y con su despedida “de verdad”.

El género epistolar lo hemos perdido, ahora un email es una respuesta de dos líneas y muchas veces con unos textos desperdigados, copiados y pegados, sin sentido si no te los lees más de dos veces. Eso no es una carta, es un mensaje que incluso nosotros mismos odiamos recibir.

Una carta tiene que tener espíritu, fuerza, amor, ganas, contundencia, sabor. Debe ser personal y por ello en cuanto se lea se intuirá quien la ha escrito. Muchas cartas no necesitan firmas pues se nota en la escritura el corazón de quien las envía. Pero no olvidéis una correcta y simpática despedida, que es el colofón a una buena misiva.

Seguro que te hace ilusión recibir una carta con substancia, pues piensa que igual a quien se la envías le sucede igual.

No todos estamos dispuestos a recibir una carta que nos lleva más de 10 segundos leerla, pero esa es otra. Ahora la atención de las personas se mide en segundos y no en minutos. Incluso el sexo si se pudiera, lo haríamos en segundos. ¿Qué alguno lo hace en segundos?, ya, me lo imagino.

No sabemos saborear, menos todavía releer y volver a probar. Ni con el sexo. Somos del aquí te pillo y aquí te cubro a poco que te dejes. Un SMS es una delicia pues no llevan vocales, y en vez de bocadillo que cuesta un par de minutos comer, elegimos una repostería en donde todo es blando y rápido.

Mira, si no estás seguro o segura de que una carta será bien recibida, escríbela igual y te la guardas para ti. Te la lees cuando el cuerpo te lo pida. Tú eres mucho más agradecida que los que no saben leer. ¿Llegará el día en el que leer sea una pérdida de tiempo?, camino vamos.

Ser feliz depende de tus deseos y ganas por serlo

¿Qué has hecho hoy por mejorar tu vida?, si la tuya. ¿Qué has aprendido hoy de nuevo? ¿nada?, mal vamos. Veamos qué podemos hacer. Tú eres la suma de muchos factores, algunos te gustan pero otros no tanto. Incluso algunos te desagradan de mala manera. Pero quejarte no sirve de nada, ni incluso, para desahogarte. Hay que ponerse a trabajar para mejorar lo que no te gusta, lo que te asfixia, lo que sabes que no te gusta. Debes pelear contigo misma para ser mejor y estar más contante, más feliz, más útil. 

Hay gente que con 89 años se gradúa en una carrera, otros con 75 años corren una maratón. Los hay que con 85 años se casan y disfrutan de unos años de compañía elegida. Otros cambian totalmente su vida, huyen y se buscan una nueva vida absolutamente diferente. Hay personas que buscan nuevos amigos con 60 años y otros recuperan amistades perdidas tras más de 40 años de abandono.

La edad no es un impedimento, si acaso una excusa de mal pagador, de cobarde ante su propia vida, de incompetente para tomar decisiones que le brindarán una nueva oportunidad vital. No sabes cuando te vas a morir, pero en cambio si que sabes cuando no estarás vivo. ¿Prefieres esperar a que pasan los años sin nada interesante que hacer? ¿no sería mejor empezar a moverse ¡¡YA!! Y diseñar los cambios que necesita tu vida para ser algo mas feliz?

No se es viejo hasta que uno se siente viejo. Pero sentirse viejo no es cuestión de edad, es cuestión de apreciación de cada uno. Algunas personas con 40 años son viejos. Otras con 95 son muy vitales y solo piensan en ser felices con lo que hacen cada día. Ti elijes.