22.1.12

Diferencias entre RRHH de PYMES o grandes empresas

Cuando hablamos de Recursos Humanos RRHH, no tendemos a diferenciar dos estados bien distintos de estos profesionales, que como en todo tipo de actividad quedan compartimentados por su calidad pero también por el tamaño de la empresa donde ejercen su labor profesional. 

No es lo mismo hablar de profesionales de RRHH o de su trabajo y responsabilidad, cuando nos referimos a una sola persona que ejerce esta labor dentro de una empresa PYME a cuando nos referimos a un equipo de personas que desde un departamento de RRHH y una empresa grande, dirigen todos los recursos humanos de una industria determinada, con más recursos y con una equipo de personas dedicadas a todo el conjunto de labores de RRHH. Son conceptos incomparables en su labor, incluso en algunos aspectos contrarios los unos a los otros y sin duda muy distintos, pues sus competencias lo son.

De un profesional de los RRHH en una pequeña o mediana empresa se espera todo. Se le exige todo. Que controle la producción, a las personas, los contratos o los despidos, gratificaciones o castigos, sueldos o convenios, horarios de entrada y salida o flexibilidad laboral. Se le puede llegar a exigir incluso que controle la calidad del producto final, las devoluciones, la formación, la promoción, la movilidad interna y toda la organización de la producción, incluso el trato con clientes que acuden al lugar de trabajo en busca de servicios o soluciones a sus quejas.

La mezcla de todos estos servicios internos, algunos contrarios los unos con los otros, hace que su labor sea compleja y a la vez imposible de comparar con la que otros profesionales de los RRHH ejercen desde departamentos amplios en empresas de gran tamaño. 

La motivación hacia sus colaboradores de un profesional de RRHH en una empresa pequeña es muy compleja, pues sus dobles o triples funciones invalidan parte de sus herramientas para motivar. No es posible diseñar una estrategia compleja y mantenerla inamovible pues dependes de muchos factores externos que mueven constantemente las acciones que hay que tomar constantemente. En pocas palabras, la misma persona tiene que repartirse las acciones positivas y negativas, la de poli bueno y poli malo, a veces incluso ejercer en el mismo tiempo y con las mismas personas dobles acciones pues dobles son también las responsabilidades y las exigencias. Por ello la profesionalidad de la persona que desde su única responsabilidad lleva el departamento de RRHH en empresa PYMES debe ser exquisita, muy estresante y mucho menos recompensada que desde los departamentos grandes de RRHH.

En un departamento de RRHH dentro de una empresa grande, las funciones están muy distribuidas y las tensiones por ello también muy bien señalizadas. Y por ello sus funciones pueden ser mucho más amplias pero a la vez tienen también muy departamentadas que funciones NO deben hacer nunca desde su función como departamento amplio pero diseñado.

Hay que aprender a quejarse con más eficacia

La imagen nos refleja una manifestación de esta semana en Barcelona, en contra de la precariedad en el empleo, de la calidad actual del trabajo en plena crisis que incluso a las ayudas a trabajadores desempleados. El escaso número de personas que acudieron a las puertas de la Generalitat de Barcelona deben hacernos reflexionar sobre los mecanismos de queja y presión de los más débiles hacia los que ordenas y gestionan las leyes y las decisiones políticas.

Es una constante triste que la participación de la sociedad ante sus propios problemas es muy baja. Cada mes que pasa es incluso más baja. La desafección social, incluso para quejarse de sus propios problemas personales, está en unos límites preocupantes, por su inutilidad y por la capacidad que tienen los que gestionan para relativizar todo lo que les afecta.

Pero la inteligencia política de los que organizan estas acciones debe ser diferente y más alta, pues con imágenes como esta, los que salen perdiendo siempre son los que deben salir reforzados.

Hace una semana en Zaragoza la manifestación en contra de un dirigente deportivo logró una concurrencia mucho mayor que la de otros tipos de manifestaciones contra el desempleo, las leyes laborales o los peligros de la crisis y el paro entre los trabajadores. Increíble, pero el fútbol congregó a muchos más que el desempleo. En Zaragoza hay 100.000 parados.

Los dirigentes de izquierdas deben empezar a ponerse a trabajar para diseñar nuevas fórmulas de reclamación más eficaces. Debemos sentarnos a estudiar nuevas maneras de movilizar a las gentes, de lograr movilizar a los afectados, de ser más eficaces a la hora de ser tenidos en cuenta por los que nos tienen que escuchar y resolver los problemas. Cada vez que convocamos un acto al que acuden pocas personas, estamos haciendo el ridículo que sin duda toma buen nota el responsable político de decir luego que NO a nuestras peticiones.

Ayer mismo en Barcelona, se convocó una manifestación contra el cierre de Megaupload. Son miles los que claman contra el cierre de páginas web, millones los que están —estamos— en contra de la Ley Sinde. Pero a la manifestación de Barcelona acudieron 9 personas. 

He observado en los últimos años, en Zaragoza, como a ciertos actos reivindicativos acudían siempre entre media y una docena de personas. Salían en los medios de comunicación. Pero siempre eran las mismas personas. Estas imágenes —creo— son muy negativas y nada efectivas para las organizaciones que las convocan. Son actos muy perjudiciales para la izquierda social. Hay que aprender nuevos métodos de presión o reclamación, nuevas maneras de exigir justicia social, menos maneras de movilizar a una sociedad desafectada a la que hay que empezar a escuchar más y a dejarles participar de verdad en las decisiones que les afectan.