26.12.11

Bicarbonato para grandes comilona

Para estos días de grandes comidas y cenas se recomienda comer despacio y masticar bien, además de no ingerir bebidas alcohólicas con el estómago vacío, como consejos recomendables para evitar los empachos de estas Navidades.

A medida que aumenta la velocidad a la que comemos, el estómago aumenta el tiempo que tarda en hacer la digestión de los alimentos. Por ello hay que comer con calma, distanciando los tiempos entre platos y no tomando mucha bebida entre ellos. Sabemos que los alimentos peores para una digestión pesada son aquellos que contienen mucho gas y lo producen, y todos los que tienen un exceso de grasa. Hay pues que evitarlos.

En caso de terminar empachado y lleno de comidas copiosas, lo básico es dedicar el día siguiente en hacer una dieta blanca o líquida, con mucha fruta y verdura, para intentar compensar los desfases.
Y recordar que una cucharadita pequeña de bicarbonato, "alcaliniza el estómago, éste se alivia y puede iniciar o continuar a digestión perfectamente". Es un remedio muy antiguo que para días de excesiva comida puede funcionar.

Empresa zaragozana contra empresa china. Ejemplo malo

Hace seis años una mediana empresa zaragozana del metal entró en crisis de costes y tras analizar diversas alternativas decidió dar el salto y montar una empresa (casi sucursal) en China. No buscaba nada que no fuera una producción más barata. Trasladó a diversos especialistas aragoneses para montar la empresa en China y puso en funcionamiento la producción sin tener que cerrar la empresa aragonesa, como empresa complemento en un tipo de producto especializado pero no excesivamente complejo.

Los costes de todo tipo eran sensiblemente menores, pero no buscaban una mano de obra muy barata pues el producto fabricado debería ser un producto con una calidad alta, que es lo que siempre había ofrecido la empresa zaragozana.

Hoy, seis años después, dentro de un mercado chino de alta tecnología, en una ciudad en donde los costes totales son más bajos aunque no tanto como lo eran hace 6 años, se encuentran con una paradoja curiosa. 

Están teniendo problemas de calidad en su planta de Zaragoza. La calidad que se obtiene en su planta de China es superior o lo que es más importante y serio de analizar, es superior a la que se logra realizar aquí de media, incluso en los periodos en los que los “no válidos”, las devoluciones, están en los mismos números que antes de la crisis. En la planta de China ya no hay profesionales aragoneses controlando la producción aunque la dirección técnica y la gestión económica sigue dependiendo en gran medida de la misma empresa matriz. Están más optimizados los procesos, sin contar costos de los distintos mercados laborales. Cada operario es capaz de producir más y mejor, simplemente por la diferente manera de organización y de control interno de calidad.

Estamos perdiendo —por diversos motivos—, nuestros sistemas de control de calidad, y lo que es peor para nosotros; otros mercados están poniendo muy alto el listón de la calidad, rebajando costos (además) en los productos terminados y en la organización laboral. Quien piense que contra quien hay que competir son mercados laborales de “a pesetica el cacho”, sin organización ni capacidad de innovar o de progresar, se equivoca totalmente. O nos ponemos a pensar en serio o tendremos que apagar el candil.