El equipo de Mariano Rajoy parece un equipo

Parece obligado hablar del nuevo gobierno del PP, el de Mariano Rajoy a la cabeza. Pues vale, venga, ¡va!. Me gusta el equipo.

Como es bien sabido, yo de popular no tengo nada. Ni la intención de salir bailando en ningún programa de la tele. Pero me gustan algunas pinceladas primeras que nos indican algo del camino a recorrer. Hablo de las personas y no de las intenciones o necesidades según el prisma popular.

Me está demostrando Mariano que puede ser un buen director de orquesta, un hacedor de equipos, que tal y como viene las cosas es mucho. Hasta ahora los Presidentes eran en casi todos los casos líderes que se dejaban acompañar de Ministros que le ayudaban. Tal vez parte de los cuatro años primeros de Zapatero se salvan de esta apreciación. Pero Mariano parece que ha optado por formar un buen equipo de fieles y amigos, variado y técnico, con una gran cabeza política a su vera para los días de cansancio mental que es Sáenz de Santamaría y un trabajo de coordinador que se asigna a él mismo. Si confías en tu equipo, simplemente hay que pedirles que trabajen bien, que toquen la melodía elegida y saber mover las manos. Lo complicado es saber elegir a las personas y la música a interpretar.

Efectivamente no todos son parabienes para un grupo de 13 más uno. Pero algunos técnicos es lógico que tengan que trabajar donde les paguen más y mejor, aunque a veces sea tapándose la nariz o incluso sin tapársela nunca.

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La injusticia o la mala suerte no deben evitar que reacciones

La justicia es un concepto algo abstracto para valorar nuestra vida. La vida no es injusta; tal vez podamos tener mala suerte o poca suerte, tal vez es que no hemos salida a buscarla. Tal vez es que no sabemos detectar la hierba cuando empieza a crecer. Si pensamos que todo es cuestión de suerte o de justicia no lograremos salir de los atolladeros, no seremos capaces de avanzar.

Efectivamente algo de injusticia hay en la vida —no debo negarlo nunca—, pero eso no nos debe servir tampoco nunca, para encontrar la excusa ante nuestros problemas. Si te quejas por la mala suerte, por las injusticias de la vida, no estarás avanzando en la solución de los problemas. De tus problemas.

Si creemos que la injusticia nos afecta, si pensamos que es precisamente la injusticia la que nos invalidad, nos quedaremos cojos de soluciones para afrontar los problemas que tenemos.

No te compares con nadie, no busques la justicia o la suerte en la vida de los demás. Tú te perteneces, eres tú quien debes buscar tus soluciones. La gente que te rodea te podrá ayudar, pero si les pides soluciones importantes, mucho cuidado, pues algunos de ellos prefieren encontrar soluciones para ellos mismos.