3.12.11

Los brotes verdes se secaron antes de llegar el verano. Ahora toca seguir regando

En sus primeras declaraciones a los medios de comunicación, Mariano Rajoy me ha dejado preocupado no por lo que ha dicho, que se suponía, sino por el tono de pena, de dolor incluso con el que se ha dirigido a los medios. Si no fuera por que está empezando como Presidente, se diría que está ya acabado.

Eso si, sin profundizar en nada. Sin apuntar ni una sola medida. Debe ser el primer caso —vale, seguro que hay muchos más, son así de jetas— en el que quien gana no ha explicado ni un ápice de lo que piensa hacer, con lo fácil que lo tenía si hubiera apuntado que no podía concretar nada, por imaginarse que le estaban engañando los socialistas con su información irreal de la situación. Pero claro no había que asustar más de lo asustados que ya estamos todos.

Hay muchas personas que han decidido no escuchar noticias ni rumores, que no quieren leer información para no amargarse más. Lo malo es si no se enteran el día que les prohíban usar los billetes de 500 euros. Claro que los que nos enteremos 5 minutos después de dar la orden, tampoco podremos hacer nada de nada, pues ni conocemos de cerca esos billetes. Yo creo que si logramos pasar este 2011 sin tener que llorar, estamos salvados al menos para un par de meses. Pero nos queda una semana muy complicada.
Y si, del empleo, ni está ni se le espera en todo 2012. Los brotes verdes se han secado antes de que los viéramos los que llevamos gafas para sobrevivir.

2.12.11

Hay que luchar contra el sufrimiento, la desesperanza por el dolor

Cuando nos llega el sufrimiento, la desesperanza por el dolor, los tiempos duros y malos, podemos hacer una de las dos cosas que todos hacemos ante estos procesos: entrar en desesperación y desaliento, en un rechazo y ansiedad o entrar en una aceptación inevitable que nos sirva para pelear con más fuerzas y para valorar los momentos en los que superamos los problemas aunque sean momentáneamente.
La vida debe tener sentido. Siempre. Incluso en periodos duros y complejos, de problemas y sufrimientos. Hay que buscar la paz interior, instalarse en la calma activa, en la gozosa felicidad de saber que se está haciendo todo lo posible por resolver los problemas. No hay otra alternativa que aceptar los malos tiempos, entenderlos como parte de nuestra forma de ser humanos, con luces y sombras y seguir peleando por encontrar respuestas y soluciones.
Caen en la desesperanza no resolverá ni aliviará el dolor.