1.10.11

En qué consiste la auto ayuda, qué es la autoayuda

La auto ayuda consiste básicamente en algo muy sencillo. Tú te tienes que ayudar, eres tú quien debe trabajar para que tú mejores. Así de simple pero a la vez así de complejo de asimilar y ejercitar.
El trabajo de los psicólogos refuerzan estas formas de trabajo personal, se nos diga o no se nos diga con claridad. Nos ayudan a saber tener auto ayuda, es decir a ayudarnos nosotros mismos ante las dificultades.
No hay que olvidar que cuando se nos presenten los problemas, cuando tengamos que tomar una decisión compleja, no vamos a tener a un psicólogo detrás chivándonos a la oreja como debemos comportarnos. O hemos aprendido a defendernos o lo haremos mal. Pero al final, tendremos que ser nosotros los que tomemos las decisiones.
Por eso la auto ayuda, o dicho de otro modo, el saber ayudarnos a nosotros mismos es básico para salir de baches. Nadie nos va a recetar una varita mágica. Es cierto que los psiquiatras nos darán medicaciones que ayuden a los componentes químicos del cerebro a trabajar mejor, pero al final tendremos que ser nosotros los que debamos dar las órdenes al cerebro o los que habremos tenido que aprender a cambiar actitudes ante los problemas y a saber defendernos, ayudarnos, creernos, defendernos.
Los libros de auto ayuda se dividen como todo en la vida, entre bueno y malos. No existen recetas mágicas para elegir unos u otros. Depende incluso de los gustos personales. Eso si, no te fíes de los que te prometen milagros con solo estornudar. Todo tipo de auto ayuda requiere entrenamiento, trabajo personal, equivocaciones, pero también gozo al notar los avances. Contra más cuesten los logros, más valor les daremos a estos.

Felipe González amenaza con ganarle al PP; con dos bemoles


Felipe González, ese animal político que produce miedo en el PP, ha salido de su cueva en ayuda no tanto de Rubalcaba, que ya no es posible ayudarle, como de los restos que puedan salvar los platos de un PSOE equivocado —¿se han dado cuenta de los colores azules que adornaban la reunión de socialistas antiguos y nuevos?—, en estos al menos cuatro años últimos y que ahora tendrá que atravesar el desierto sin cantimplora.
Es posible que Felipe González si se implica en serio, logre restar incluso algunos diputados de esos complicados hasta el último momento, varios del PP y alguno incluso de IU. Y por eso, por que él lo sabe, ha decidido taparse la nariz y salir de la cueva en busca de lo que realmente le gusta, la política de primer nivel, el estar dentro de la pomada, riendo y sufriendo.
A Felipe González no le ha gustado Zapatero, ni el de los primeros cuatro años ni el de los segundos. Con esta apreciación sería complicado saber cómo hubiera deseado Felipe que se hubiera comportado Zapatero, tal vez si Bono hubiera ganado, las cosas hubieran ido de diferente manera para Felipe. Es decir más de pésame señor, más de derechas, menos de socialismo, más como estos cuatro últimos años. Pero el PSOE decidió entregar el poder a un Zapatero que cuando estaba fresco era eso, fresco; pero que en cuanto se acojonó por los conservadores europeos, se convirtió en un conejo asustado que perdía velocidad como los malos coches pierden aceite.


Ahora Felipe González quiere decirnos que otro PSOE es posible. Tarde pero no mal. Sabe mucho, tiene edad pero también madera. Es respetado por parte de la gente de más de 50 tacos y eso es mucho pues junto a los jóvenes son los que en apariencia, más se están absteniendo en estos años. Van a buscar el voto de los que no quieren a la derecha, van en busca del voto que logró el éxito en 1982. Se olvidan que muchos de ellos tienen las jubilaciones congeladas y otros están en el paro o con todos sus hijos sin trabajo. Mucho tendrán que estudiar en los maitines de las mañanas, para saber cómo se logra convencer a la sociedad de que ellos todavía son capaces de resolver sus problemas. Yo les recomiendo el juego de los cubiletes.