13.9.11

Añadir fondo a una imagen con "Escala según contenido" en Photoshop

Entre las muchas herramientas que tenemos algo escondidas en Photoshop para facilitarnos los retoques de imágenes, tenemos una que se llama “Escala según contenido” dentro del menú “Edición” que nos sirve maravillosamente para alargar fondos y para darle a las imágenes el tamaño final que deseamos, afectando la ampliación del fondo de una manera muy especial, pues de manera muy sencillo nos alarga inteligentemente el fondo, incluso aunque no sea totalmente liso e igual.

Simplemente abres la imagen, añades más fondo (Imagen = Tamaño de lienzo) para lograr espacio sobre el que ampliar la zona de la imagen que desees ampliar y entonces seleccionas la zona lateral que deseas ampliar sobre el lienzo añadido. Puede ser una zona rectangular o una zona irregular aunque recomiendo que al menos por la zona final de la imagen se mantenga su zona rectangular.

Una vez seleccionada la zona que deseas ampliar hasta llenar todo el lienzo, acudes a: Edición = Escala según contenido, y tiras del manejador que te aparece en los laterales hasta completar el lienzo.

Este efecto o retoque es de calidad muy superior a realizar la misma operación con Edición = Transformar libre, que aparentemente hace algo muy parecido en zonas lisas pero no así en zonas que contienen detalles o trabajo. La mejor manera de probar esta herramienta de Photoshop es probar con ella algunas ampliaciones de fondos, tanto lisos como con detalles, para ver hasta donde consigue efectos muy interesantes.

Tras aplicar este efecto, se le puede dar un pequeño golpe de Filtro de Enfoque = “Máscara de Enfoque” a la zona todavía seleccionada. Unos valores de 75/0,3/0 pueden ser suficientes.


Os dejo unos ejemplos para que observeis qué se puede conseguir con esta herramienta, aunque sus posibilidades son muy amplias. El efecto real se verá si se bajan las imágenes a vuestro ordenador, pues aquí se ven a distinta escala, mientras que una vez bajadas se observa como simplemente hemos añadido fondo de una manera muy rápida.

Las dificultades de empreder una idea, una empresa, en España

En España cuesta mucho emprender, ser emprendedor, poner en marcha una idea. Algo que parecen haber descubierto ahora, tanto Rajoy como Rubalcaba. Vergüenza deberían tener, pues es un problemas de décadas, las mismas que ambos han estado gobernando o gestionando. 

No es falta de preparación ni de ideas, si acaso de bemoles y de ayudas pequeñas para hacer creíbles los proyectos. En este santo país una idea nueva debe servir: o para hacerse multimillonario, o para fracasar y perder todo el futuro. No hay camino intermedio. Casi nadie aspira a montar su propia idea, su propia empresa, para simplemente poder vivir de ella y con ella.

Lo cierto es que cualquier idea en España es muy poco promocionada, poco dada a conocer. Si un vecino de Tarazona, Cuenca o Zamora monta una empresa de algo diferente lo tiene jorobado. No sale en los papeles ni aparece en la tele, no se hacen eco de su idea en Internet. Solo tienen acceso a la publicidad las grandes marcas, las que ya dominan los mercados. Ese nueva idea, ese empresa que nace, morirá en la dejadez pues nadie va a creer en ella, nadie le va a otorgar el beneficio de la duda, aunque sea a costa de una pequeña reseña, de un sistema viral de publicidad simple en internet.

Si se fijan, es muy complicado conocer lo que existe alrededor de nosotros. Recibimos miles de impulsos de marcas conocidas, pero no sabemos nada de los lugares vecinos y nuevos. Todos leemos las mismas páginas web, los mismos blog (por poner un ejemplo fácil) pero seguro que hay cientos de ellos de gran calidad que nunca han recibido una reseña en un medio de comunicación. Siempre se nos señala con las mismas reseñas, precisamente de los que ya tienen poder por algo. En el mundo empresarial que comienza, es igual o peor pues la competencia es brutal.

Si además fracasas en el intento de poner en marcha una nueva idea —algo fácil pues no se reciben ayudas de formación y promoción—, el palo es tremendo pues quedas marcado de por vida y casi será imposible conseguir financiación posterior para ningún otro nuevo proyecto. Así es imposible aspirar a ser emprendedor; es más sencillo aspirar a ser funcionario o famoso en la televisión. Y estadísticamente más rentable.