2.9.11

¿Estado del Bienestar bien ordenado o Estado reducido?

Los recortes presupuestarios del PP en este 2011 ya están viéndose en las decisiones que a cuentagotas van tomando sus respectivos gobiernos autonómicos nuevos. No en los anteriores, curiosamente. Es cierto que el déficit desmesurado es un mal para todo tipo de gobiernos, y que es mucho mejor atajarlos y resolverlos que ayudar a que sigan creciendo.

Pero el déficit es también una herramienta económica para resolver problemas tanto sociales como —que no se nos olvide— económicos. Casi todos los recortes vienen desde el despido de personas que trabajan para el Estado o la congelación de nuevos puestos por recambio generacional. 

Es decir, más desempleo desde el Estado. La congelación en las inversiones es básica y lógica, pero también son menos puestos de trabajo, que son los que deberían realizar esas obras.

Recortar en gastos suntuarios o excesivos es una gran medida cara a la galería pero muy escasa para la contabilidad real, aunque suene “a mucho”. Hay que parar los despilfarros por pura lógica, pero eso no supone un gran ahorro aunque se venda así.

Asistimos pues a un empobrecimiento del Estado y con ello de la Política y del Sistema Social. Asistimos a una bajada en picado hacia la nada, sin saber donde pararemos en esta rampa desbocada. Cospedal recorta un 20% de su presupuesto, pero Rudi en Aragón lo hará en primer lugar en un 8%, y avisa de que es: “de entrada”.

Todo apunta a una manera de entender la política en donde se trata de: primero crear una Estado de menor tamaño, algo que afectará brutalmente a las clases menos favorecidas que tendrán menos ayudas y servicios y en segundo lugar a no subir los impuestos y recaudaciones pensando que así la economía se reactivará ella sola, confiando en los mercados.

Son las formas neoliberales de creer en la sociedad del siglo XXI. Pero mucho cuidado pues esta los ricos de Francia, Alemania y EEUU están avisando que es mejor pagar más. 

¿Tendrán miedo a que se hunda el sistema social actual? 

¿A dónde se pueden ir los hijos de los ricos a vivir, si los países occidentales caen en una espiral de violencia y de pérdida de calidad de vida y bienestar? 

¿Dónde y cómo viven mejor los ricos riquísimos, en un país como España pagando un 5% más de impuestos, o en un país —no pongo ejemplos— de los que salen en los telediarios?

1.9.11

El desencanto político también empieza a calar en los políticos


Como amigo de gestionar equipos humanos, uno ya sabe que es importante detectar la implicación y la motivación de sus personas, de sus gentes. Hay que tener siempre una visión en conjunto pero a la vez de cada persona, saber en qué punto se encuentran de moral, qué problemas personales o globales tienen, que esperan y que han perdido. Cómo están viendo los contantes cambios de la organización y del resto de personas que son vecinos de grupo.

Y estos días he estado palpando la motivación de las gentes que desde la política de más baja nivel sostienen los andamios.

El desencanto en la gente de izquierdas es muy alto. Y no hablo de gente del PSOE solo, que también. Hay un pequeño hundimiento en la sensación de que la política sirve. Con dos bemoles. Hay la sensación de que las “castas” políticas se están imponiendo en los debates, en los ritmos, en las formas. Hay agotamiento y ganas de cerrar la puerta, tumbarse a descansar y a que pase el tiempo y levantarse dentro de unos años en busca de un nuevo horizonte.

Es un poco más de crisis dentro de la gran crisis.