19.7.11

Martes de dudas, con la seguridad de que los Ángeles de la Guardia existen

Este lunes, que ha sido negro para Zapatero con los artículos de El País y negro también para Carlos Carnicero que ha sido despedido de La Ser, nos ha traído este martes que ya empieza mal por la seguridad que publica La Razón, de que los Ángeles de la Guardia existen. Si a eso le añadimos la seguridad de que el caracol manzana está invadiendo el Ebro, empezamos una semana de julio, que jope cómo vamos, por culpa de Zapatero. 
Siempre es culpa del que manda; va en el sueldo.

Lo de los Ángeles de la Guardia es una putada, pues para los que no creemos en ellos se nos hacen polvo al empezar a tener dudas. Ahora sabemos que están entre nosotros y que encima nos odian por no hacerles caso. Es como tener fantasmas que nos flotan y que como no creemos en ellos nos joden vivos. Por eso las izquierdas nos va tan mal en la vida, la culpa la tenemos nosotros por no creen en los Ángeles de la Guardia.
Yo me lo estoy replanteando lo de creer en los Ángeles de la Guardia, más que nada para que tengan más trabajo y no les den tantos favores a los de derechas.
¿Y si los caracoles manzana, babosos y de colorines, fueran en realidad los ángeles que ha encontrado La Razón?

17.7.11

A las empresas españolas les toca (ahora) prepararse para la salida de la crisis


Toca prepararse para la salida de la crisis, algo que parece obsceno pero que hay que edificar antes para que no volvamos a los mismos errores. De las crisis se sale. No se sabe ni cuando ni cómo, pero se sale. Y tras ello hay unas necesidades lógicas, una de ellas una necesidad clara de tener gente preparada en puestos clave para levantar la industria y la contabilidad nacional.
Si criticamos muchas veces la poca preparación media de nuestros alumnos, de nuestros trabajadores, no debemos olvidarnos de la bajísima preparación media de nuestros gerentes empresariales, de muchos mandos intermedios, de jefes de producción, personal, compras o ventas. Falta un análisis serio y profundo de la calidad de nuestro sistema empresarial, y poner remedios a muchos vicios que nos hacen ser débiles. Cada empresa tiene sus fallos, algunos tremendamente sencillos de resolver. Y tras la crisis las empresas que no hayan hecho sus deberes con buena nota, tendrán que cerrar pues muchas sobran levantar el vuelo y auparse sobre sus competidoras. También cierran muchas empresas cuando viene la bonanza tras las crisis.